Cherreads

Chapter 2 - Capítulo 2:

Se escuchaba el galope de los caballos de los kataskopos, vestidos ligeros y de color azul y una espada de hierro, su misión ahora serían vigías hasta que estén hechas las torres de vigilancia.

Entre ellos observaban el yermo de color amarillo con el ceño fruncido y espada en mano, y uno a lo lejos vislumbro destellos o reflejos del sol al metal.

Dio la noticia al grupo, y este al verlo comenzaron a moverse a la dirección de este destello para identificar una falsa alarma o avisar a Philitos.

El líder del grupo levantó su brazo para indicar a que esperen, todos y cada uno, entrenados para identificar incluso a simple mosca a cientos de metros comenzaron a observar todo detenidamente.

"pieles verdes, un destacamento de asalto simple, no veo a un jefe orco o cacique, ni siquiera un jefe hobgoblin, ese orco salvaje grande con un hacha de doble mano es el jefe." Dijo el líder.

"ustedes dos vayan a avisar a Philitos, que el campamento de madera va ser un objetivo de estos saqueadores. El resto vigilaremos a este grupo."

Dos kataskopos se fueron del grupo con velocidad a Eunomia Nova a avisar a Philitos y a Arkon.

El dúo vislumbro el yermo que recorrían cada día, pero cada vez la actividad orca aumentaba, sea salvaje o coordinada, esto sigue siendo un problema, pero pronto el templo se terminará, al igual que los cuarteles.

A lo lejos ya pudieron notar las altas torres de vigilancia de madera con la bandera de su ciudad, seguramente la guardia de turno ya los había notado.

Al acercarse notaron que los depósitos de comida estaban siendo llenado por la carne cazada por los aldeanos.

Los aldeanos debido a los perros que adoptaron en la zona circundante de la ciudad, comenzaron a cazar más rápido debido a que está idea fue discutida por los ancianos o filósofos de Eunomia Nova.

Pronto las puertas de madera pesada se abrieron y fueron directo a Philitos quien estaba entrenando a su rey, los hoplitas y hipaspistas del lugar los estaba viendo e incluso enseñándole a su rey como mejorar.

Sin embargo, los dos se detuvieron, al ver a los exploradores a caballo, al escuchar las noticias, Arkon le dijo a su mano derecha que vaya a proteger el campamento de madera.

En pocos minutos, la guardia de élite de Philitos y el resto de tropas fue a defender al lugar que provee madera a la ciudad.

Fueron tres regimientos y solo un regimiento de hipaspistas se quedó para proteger la ciudad aparte de la guarnición.

Philitos monto en un caballo blanco, y los capitanes de cada regimiento llevaban un porta estandarte de Eunomia Nova.

Después de viajar algunos kilómetros, vieron al campamento de maderero y en sus torres de vigilancia había varios arqueros voluntarios entre los aldeanos para protegerse ante cualquier situación.

El general del ejército vio a varios kataskopos, ellos le dieron las noticias que los orcos saqueadores notaron el campamento y en cualquier momento estarían aquí.

Y antes de poder decir algo más, sonó el repiqueteo de varias campanas, el enemigo estaba aquí.

Philitos alzó la vista y notó una nube de polvo y sus causantes eran orcos salvajes, arqueros orcos salvajes y un pequeño grupo de goblins.

Rápidamente ordenó que los soldados se formen, ellos sin miedo formaron uno al lado del otro, los hoplitas bajaron sus lanzas con una altura mortal a los orcos.

Los hipaspistas se prepararon para reemplazar a los hoplitas, los toxotes prepararon sus arcos y flechas.

Los primeros en formar era la guardia de élite de Philitos y el propio general, se bajó de su caballo y lo golpeó para que volviera al campamento.

Noto a sus hombres nerviosos, pero no con miedo, el desenvaino su espada dorada y formó junto a su guardia.

"¡¿Por qué hay que tener nervios?!" grito Philitos haciendo que todos estén atentos a él.

Pronto sintieron la tierra moverse por el peso y el número de orcos.

Poco a poco se volvieron más detallados las figuras de los orcos, locura por la guerra y pelea, ferocidad, brutalidad, inconsciencia, felicidad por la batalla y el saqueo.

"¡¿Por qué no se ríen?!" dijo Philitos con fuerza.

"¡¿Cuál es el lema de Eunomia Nova?!" y como si fuera un mecanismo automático, todos dijeron con fuerza y saliva escupida.

"Incontinenc infirmis etiam incridibilis"

Dijeron todos al mismo tiempo.

Su nerviosismo, su ansiedad e incluso expectativas sean positivas o negativas fueron sacadas de sus mentes.

Fue reemplazadas por concentración, miradas serenas y firmes, y con calma esperaron las cargas de los orcos.

Los toxotes, tensaron sus arcos y en un instante ciento veinte flechas volaron a los orcos.

Ellos al ver esta nube negra, solo levantaron sus brazos para protegerse, pero aun así no fue suficiente.

Las flechas se clavaron en sus antebrazos gigantescos, impactaron en los ojos y atravesando las partes posteriores de su cabeza.

En sus cuerpos que tenían unas inservibles pieles, pero aun así no fue suficiente, sus corazones fueron ensartados, en sus estómagos, frente, piernas y brazos.

Los números comenzaron a caer sin embargo ellos tampoco dejaron acción sin responder, los orcos salvajes con arcos que eran bastantes grandes, fueron como lluvia, los que más sufrieron este ataque eran los hoplitas, pero eso no hizo mella su moral.

Los toxotes que apagaron un poco la carga orca, sus flechas fueron hacia los orcos con arcos, utilizando métodos como atacar y huir, comenzaron a menguar los arqueros.

Los goblins que eran numerosos, pero no tanto como los orcos, fueron a ellos, pero fueron interrumpidos por los hipaspistas, se necesitaron al menos dos o tres goblins para poner en apuros a un solo guerrero entrenado de Grecia.

La guardia de elite de Philitos era por algo su guardia personal, con sus armaduras doradas y capas y crestas azules, tenían una ventaja contra los orcos.

Como si no de dieran cuenta que estos les doblaba en altura y fuerza, sin miedo utilizaron sus espadas y lanzas contra estos.

Philitos por su parte se estaba enfrentando al orco más fuerte de este destacamento, no había miedo, las rendijas de su casco dorado, mostraban ojos calmados pero serios.

Su fuerza parecía mayor que la del orco salvaje quien era el más grande y más fuerte del grupo.

Se defendía con simpleza casi como si estuviera entrenando con un soldado, esquivaba como si tuviera pereza, y esto enfureció mucho al jefe orco.

Haciendo que ataque con más velocidad y ferocidad que antes, pero ni aun así podía tocar la capa dorada del hombre de dos metros.

Y cuando balanceo su hacha de dos manos como si fuera una pequeña espada, esta se atascó en el suelo, pero eso solo fue su perdición.

Todo lo que veía daba vueltas, vio a sus chicos morir entre lanzas que atravesaban sus pechos, espadas penetrando sus tripas y flechas ensartadas en sus cabezas.

En pocas palabras fue una gran pelea para él y sus chicos.

Al ver a su jefe caer, los orcos sin líder comenzaron a desmoronarse, asustados comenzaron a irse, pero los soldados bajo Philitos comenzaron a masacrarlos más fácilmente.

Pronto no quedo un orco vivo, y los que quedaban moribundo fueron empalados y poco después fueron amontonados unos sobre otros y fueron prendidos fuegos.

Los soldados caídos, fueron subidos a unos carros y hacer su respectivo funeral como soldado.

Philitos por su parte, se dijo a si mismo que otro día más de matar orcos, hoy fue el quinto ataque del día.

Pronto el ejército fue a Eunomia Nova a recuperar fuerzas y soldados perdidos, mañana finalmente podrían tener refuerzos y mejoras para sobrevivir un día más en esta inhóspita tierra.

Pasó otro día, y finalmente el templo se construyó en su totalidad, pilares de mármol, techo de cerámica rojo, no existe el concepto de ventanas y vidrio ya que era innecesario, la bandera de la ciudad colgaba entre los pilares.

Y afuera estaba la estatua que siempre será venerada y glorificada cada día, hora y segundo, los aldeanos por sí solos comenzaron a rezar y orar a Víctor Securis.

Arkon observaba a la estatua con detenimiento, con expresión en blanco y como antes, su rollo de piel comenzó a emprender calidez en su cintura.

Lo saco y lo abrió, y al apretar el templo este comenzó a dibujarse tanto su estructura, arquitectura, pero lo que más esperaba era sus unidades míticas y como pensaba, tenía razón.

El Pegaso siempre estaban presentes cuando elegías a cualquier de los tres dioses mayores pero lo más gratificante para Arkon era las otras unidades míticas.

El Minotauro, desde los pectorales para arriba era de toro con una argolla dorada en su nariz y dos gigantescos cuernos.

Torso y brazos de hombre músculo y fornido, y de cintura para abajo de toro, vestía una tela azul que encubría su entrepierna, y de arma un hacha de doble cabeza gigantesca.

Después está el centauro, la parte inferior de caballo y parte superior de hombre con un arco y una aljaba para sus flechas.

Y por último el cíclope, mitad inferior de carnero, unos brazaletes azules cubrían sus musculosos antebrazos, parte superior de humano pero su cabeza tenía un solo ojo y un cuerno.

De arma portaba un garrote de madera gigante, pero eso se podría cambiar.

Y como en el juego, un caballo blanco inmaculado desplegaba sus enormes y hermosas alas de plumas.

Este fue hacia Arkon y comenzó a acariciarlo con su cabeza y buscar su mano, el joven no se dejó y comenzó a acicalarlo con una pequeña sonrisa.

El joven vio los recursos necesarios para cada uno y comenzó a reclutarlos, este mundo es peligroso y lo trataría con total seriedad.

Reclutó docenas y docenas de pegasos para que fueran montados tanto por soldados de infantería como de larga distancia.

Los minotauros actuarían de guardia para los campamentos de madera y oro, los cíclopes protegerían los muelles, y los pegasos con sus jinetes protegerían los campos de granjas, además de que los kataskopos montaran estos caballos alados para explorar y vigilar el territorio.

Mientras tanto, seguirá construyendo casas y estructuras defensivas y de reclutamiento, haría que los filósofos del centro urbano sigan desbloqueando tecnologías y mejorar para todos, cuando todo esté preparado comenzaría a conquistar todas las ciudades de las tierras baldías orientales.

Después de dejar sus órdenes al templo, vio que las tecnologías de estos para mejorar tanto sus unidades míticas como todos en conjunto, lo cual les dio prioridad a los filósofos a investigar estás mejoras.

Por ahora solo tenía que esperar para llegar al excedente de población para abandonar la edad arcaica, para si poder construir galerías de tiro con arco, establos, herrerías, centros urbanos, torres de guardia, y reclutar diferentes unidades.

Cuando retrocedió del templo, notó algo debajo de todos los iconos de construcción y reclutamiento, una imagen de una silla de montar, extrañado lo tocó con la yema de su dedo.

Y de ahí apareció diferentes bestias como un Pegaso blanco con detalles azules en su cabellera y plumas, un león dorado enorme y su melena tenía mechones azules, una mantícora y su lomo tenía placas azules, una hidra con cabeza de dragón.

Un petsuchos o un cocodrilo gigante con un artefacto solar es un cabeza, un escarabajo dorado, un águila gigante de color marrón, una especie de fénix, un jabalí dorado, un lobo gigante de color negro y gris.

Una especie de bestia de placas grises y dos colmillos para atacar y un águila que poseía plumas con el filo de cuchillas.

Arkon entendió con facilidad a qué se refería la silla de montar, y con detenimiento y un revuelo de contras y pros en su cabeza, al fin se decidió después de varios minutos.

Eligió al león que seguramente era el león de nemea, al tocarlo el resto de bestias se convirtieron en tinta negra y comenzaron a dibujar al león dorado.

Poco a poco se formó un león, majestuoso, poderoso e incluso peligroso.

Poco después su dibujo y forma se convirtió en tinta negra y volvió como antes, los edificios disponibles, los lugares de reclutamiento y el árbol tecnológico.

Sin embargo, apareció una nueva casilla de selección, decía poderes divinos, en el juego solo podía usarse una vez a no ser que seas atlante.

Ahora parece que tiene un costo de favor divino, y cuanto más lo usaba más caro era, pero la ventaja era que no tenia tiempo de reutilización.

Podía usar el rayo de Zeus para matar instantáneamente a una sola unidad, el señuelo de Poseidón para atraer animales salvajes o convocarlos y los cinco centinelas de hades para proteger la ciudad.

Ahora puede quedarse tranquilo por la comida y la vigilancia eterna de los centinelas.

Sin embargo, ahora su única preocupación es avanzar con velocidad a la segunda edad, pero los aldeanos estaban a su máximo rendimiento.

A todo esto, estaba perdido sus pensamientos sin notar que una figura estaba acercándose a él.

Los soldados sean arqueros o infantería se quedaron helados, los aldeanos se paralizaron de miedo, los ancianos que estaban ahí tartamudeaban y sus piernas no podían moverse.

Cuando Arkon se dio cuenta y levantó la vista, notó algo más arriba de su rollo de piel, poco a poco elevó sus ojos marrones.

Un león enorme que lo superaba en altura, una piel dorada al igual que sus ojos, su cabeza era igual de grande que el escudo redondo de Philitos.

Su melena dorada y limpia poseía mechones azules, sus patas eran enormes, sus músculos eran prominentes y visibles, su cola se balanceaba de un lado a otro.

Arkon solo se quedó mirándolo al león, pero por dentro sintió un golpe es un pecho debido al miedo, sin moverse vio como el león se acercaba a él.

Y en un instante fue golpeado en su pecho debido a que el león lo tocó con su cabeza mientras la movía de un lado a otro con cariño y cuidado.

Él cuerpo de Arkon fue aplastado por el león gigante dorado.

Arkon estaba perdido, no sabía de dónde había salido tal bestia de enormes dimensiones, era incluso más alto que Philitos, pero un destello de pensamiento le respondió la pregunta.

Era su montura, y con su única mano libre saco el rollo de piel de su cintura que siempre que había desbloqueado algo nuevo desprendía calidez.

Al abrirlo como podía, noto que todo el rollo de piel mostraba a su nueva montura y amigo, se llama Rexes de nemea.

Este león más grande que el resto, más fuerte entre los fuertes, más experimentado que cualquier león.

Él era el único rey de entre los leones de nemea que eran conocidos que ningún metal podía atravesar su piel, solo sus propias garras o ahorcarlo podías matar a uno.

Pero para llegar a ese punto tenías que por lo menos ser un semidiós y aun así con esa ventaja, tenían que ser más fuerte y grande que un león.

"supongo que te llamaré Rexes amigo." Dijo Arkon mientras su piel sangraba debido a la lengua áspera de Rexes.

Después de con la ayuda de varios soldados que estaban cerca, finalmente fue rescatado del león que insistentemente le pedía que esté arriba de su lomo.

Y al sentirse inseguro, les pidió a algunos hombres que le traigan una silla de montar acorde a su montura.

Para cuando querían responder, el león con velocidad y fuerza avanzo docenas de metros en pocos segundos y lo subió a su lomo.

Arkon por suerte le pidió clases sobre montar a caballo a Philitos y a los kataskopos, pero un león de más de dos metros era diferente que un caballo.

Con sus piernas apretó e hizo fuerza para agarrarse en el lomo de Rexes, bajo su cuerpo y agarro unos mechones de la melena del león y este no parecía molestarle.

Rexes era rápido, incluso los kataskopos que eran ligeros y sus caballos eran los mejores para correr no lo podían alcanzar y ni si quería podían cerrar las distancias, es más cada vez empezaban a alejarse aún más.

Pero la bestia parecía tener sabiduría e inteligencia ya que siempre se mantenía cerca de Eunomia Nova y los alrededores.

Arkon por su parte decidió soltarse, no de su montura sino de preocupaciones solo por un instante, poco después de investigar por sí mismo notó algo a lo lejos, con autoridad ordenó a Rexes a acercarse a esos reflejos parpadeantes.

Cientos y cientos de metros después, las sospechas del Rey de Grecia fueron resueltas, pero de mala manera, con el ceño fruncido y el cuerpo recto, notó que una gran marea verde de pieles verdes.

Rexes hacia mucho que los noto gracias a su olfato, y con un poco de esfuerzo anotó mentalmente cada grupo de orcos, tienen un jefe de guerra orco de armadura completa montado sobre un gran jabalí y un chamán goblin arriba de un carro tirado por lobos.

Ordenó a Rexes volver a Eunomia Nova a preparar a las tropas, el león con velocidad y poco tiempo llegó a la ciudad blanca y azul.

Arkon hizo sonar el repiqueteo de las campanas de oro para llamar a los aldeanos adentro de la ciudad.

Los soldados de todo el asentamiento fueron al centro urbano y los primeros en llegar fueron los pegasos y sus jinetes.

Allí vieron a su rey vestido con una armadura blanca liviana por el momento, arriba de su montura, ordenó que los kataskopos bajarán de los pegasos y que sus nuevos jinetes sean los toxotes.

Cuando le hablo al capitán de los arqueros les dijo que acechen a las unidades de caballería de los orcos.

Arkon dio sus órdenes a cada capitán de cada regimiento e incluso entre los minotauros y a cada uno de los ciclopes.

Philitos se quedaría al lado de su rey, pero este le dijo que lidere el frente, que él estaría atrás de las filas ayudando e incluso liderando la carga con los centauros o minotauros.

Mientras tanto los kataskopos vigilarán el movimiento de la marea verde.

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