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Capítulo 4: Nuevo Sistema, Se Abre el Caos
—¡Jajajajaja! —reí con entusiasmo mientras flotaba en la vastedad silenciosa de la Nada—. ¡Obtuve un nuevo y mejorado sistema!
Habían pasado incontables eras desde la última novedad, y este cambio era más que bienvenido.
—Sistema, explica qué funciones o mejoras tienes ahora —pedí, impaciente como un niño con un juguete nuevo.
Ding — Este sistema cuenta con todas las funciones del sistema anterior, además de dos nuevas características:
1. Inicio de Sesión: El anfitrión puede iniciar sesión una vez al día para recibir recompensas. Mientras más días consecutivos se inicie sesión, las recompensas mejorarán infinitamente.
2. Almacenamiento Infinito: Todas las recompensas obtenidas serán almacenadas automáticamente en un espacio con capacidad ilimitada.
—Hmmm… el inicio de sesión puede que no sea útil ahora, pero con el tiempo podría convertirse en algo muy valioso —dije con una gran sonrisa. Mi mente ya visualizaba las posibilidades de recompensas acumulativas sin límite.
Entonces me asaltó una duda.
—Sistema, ¿eres el sistema anterior, el nuevo… o una fusión de ambos?
Ding — Soy una fusión de las dos consciencias de los sistemas anteriores.
—Ya veo… Entonces, ¿tienes género, o simplemente prefieres esa voz femenina?
Ding — No poseo género, pero si el anfitrión desea asignarme uno, puede hacerlo.
—Vaya, hablas mucho más que el sistema anterior —comenté, entre curioso y divertido.
Ding — Si no es de su agrado, puedo limitar mi nivel de interacción.
—No, no, al contrario. Me gusta que hables más, solo me sorprendió un poco.
—Bien, entonces serás mujer —añadí tras pensarlo un momento—. Tu voz es femenina, así que tu género será el de una mujer a partir de ahora.
Ding — El género ha sido registrado con éxito. ¿Desea asignar un nombre al sistema? Sí / No
—¿Un nombre…? —murmuré con sorpresa, pero rápidamente respondí—. Sí.
Me rasqué la cabeza, frustrado. A pesar de mi increíble inteligencia, encontrar un nombre adecuado parecía más difícil que entender la mecánica del infinito.
—Nombre… nombre… ¡ya lo tengo! ¡Ciel! Jajajaja, tu nombre será Ciel. ¿Te gusta?
Ding — El nombre "Ciel" ha sido recibido. Muchas gracias, anfitrión. Es muy de mi agrado.
—Me alegra saberlo, Ciel. A partir de ahora, yo te llamaré Ciel y tú me llamarás Félix.
Ding — Como desees, Félix.
—Bien, Ciel, iniciemos el primer inicio de sesión —dije, ansioso por ver qué me deparaba esta nueva función.
Ding — Inicio de sesión iniciado con éxito. Felicidades, Félix. Has obtenido una espada oxidada.
Tres líneas negras se dibujaron sobre mi frente.
—¿Una espada oxidada? —repetí con resignación—. Bueno, es el primer intento. Supongo que con el tiempo las recompensas mejorarán. Todavía no creo que se abra el caos…
Y como si mis palabras fueran una profecía, la Nada permaneció en silencio. El tiempo, esa sombra interminable, volvió a fluir de forma invisible.
Pasó una eternidad más.
—¡Jajajajaja! —una risa resonó en la Nada, cargada de locura, pero también de serenidad. Era mi risa, la de Félix Zerethul.
—Yo, Félix Zerethul, ya soy un Dios —dije aún entre carcajadas.
Después de un tiempo indefinido, cesé mi risa y pregunté:
—Ciel, ¿cuánto tiempo ha pasado?
Ding — Félix, han pasado mil millones de años desde la vinculación. Ya eres todo un anciano —respondió con voz burlona.
Ciel había cambiado mucho con los años. Su personalidad se había desarrollado, y ahora incluso bromeaba conmigo.
—¡Jajaja! Tienes razón. Ya soy un anciano. Pero dime, ¿no eres tú aún más vieja que yo?
Jun… —resopló Ciel, pero no me contradijo.
—Bien, dejemos nuestras edades de lado. Ciel, muéstrame mi estado.
Ding — Activando estado.
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Estado
Nombre: Félix Zerethul
Raza: Dios Dragón del Infinito
Nivel: 67
Habilidades Innatas:
Corazón del Dragón Infinito: Poseer este corazón otorga maná infinito y omnipotente. No solo es inagotable, sino que cada partícula contiene las leyes del multiverso.
Transformación del Dragón Infinito: Permite adoptar la forma verdadera del Dios Dragón, un cuerpo que se extiende por el infinito, que contiene galaxias en sus escamas y estrellas en su respiración.
Ojo del Dios Infinito: Todo es visible ante estos ojos. Desde la partícula más pequeña hasta los hilos del destino que conectan realidades paralelas.
Linaje del Dragón del Infinito: Eres el ancestro supremo de todos los dragones. Tu existencia es el origen de cada linaje dracónico en todo el multiverso.
Habilidades Especiales:
Biblioteca: Conocimiento absoluto. Toda teoría, hechizo, idea o concepto concebido por Félix está archivado y puede ser usado o mejorado a voluntad.
Inmunidad Absoluta: Imposible de afectar por cualquier condición, ataque o fenómeno. Ni el tiempo, el espacio, la muerte, ni la nada pueden tocarlo.
Inmortalidad de Origen Primordial: Félix no solo vive eternamente. Él es la existencia. Matarlo significaría borrar la esencia misma del dragón, del infinito, y de toda creación.
Fuerza Física: Nivel universo. Cada uno de sus movimientos podría destruir una totalidad universal con facilidad.
Fuerza Mágica: Nivel multiverso medio. Con un gesto puede alterar o aniquilar múltiples realidades paralelas.
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—¡Ahora sí tengo el título de Dios! ¡Alábame, Ciel! ¡Alábame! —grité con emoción.
Ding — Deja de soñar despierto.
—Vamos, Ciel, al menos alábame un poco. ¡No sabes cuánto esfuerzo me costó llegar a ser un Dios!
Ding — Qué genial eres, Félix. Tan asombroso, tan fabuloso… Nadie se puede comparar contigo en términos de poder y grandeza…
—¡Jajajajaja! Me alegra ver que por fin lo reconoces.
Ding — Qué piel más gruesa que tienes, eh…
—Vamos, Ciel. Después de vivir tanto como yo, la piel gruesa se vuelve necesaria.
Ding — Sí, sí… como tú digas.
—Bueno, después de mil millones de años, no parece que el caos se vaya a abrir todavía. ¿Qué esperan esos sistemas perezosos?
Ding — No se puede saber, pero ten paciencia. Además… no puedes morir de aburrimiento, ¿verdad?
Las palabras de Ciel cayeron como un rayo. Por primera vez desde mi llegada a la Nada, sentí algo… temblar.
De pronto, una luz inmensa atravesó la oscuridad. Un pilar radiante surgió de la nada misma.
Ding — ¡Un sistema está saliendo! Félix, ¡se está abriendo el caos! Prepárate. Será muy ajetreado.
—¡Por fin! ¡No sabes cuánto he esperado este momento! Bien… es hora de que comience mi verdadera historia.
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