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Chapter 51 - Capitulo 47

Han pasado varios días desde nuestro viaje al inframundo. Durante este tiempo he estado entrenando, pasando momentos con Ana y saliendo en citas con Ishtar, Quetzalcóatl y Ereshkigal, quien nos visitaba de vez en cuando. Incluso se disculpó con los ciudadanos de Uruk, quienes poco a poco comenzaron a perdonarla.

Por las noches entrenaba en mi dimensión personal dentro de Uruk, donde invoqué a Gugalanna, quien habita en los cielos del campo donde vive Fenrir. También dediqué tiempo a perfeccionar algunas de mis habilidades y elementos, llevándolos a su máxima evolución. Entre ellos destacan los elementos de vapor, tormenta, magnetismo y explosión, siendo este último uno de mis favoritos.

El elemento Futton (Vapor) evolucionó a Futton: Neblina Infernal, permitiéndome controlar la presión, temperatura y composición química del vapor con total libertad. Esta habilidad se convirtió en un arma atmosférica de destrucción masiva, capaz de derretir acero y órganos desde el interior.

El elemento Ranton (Tormenta) se transformó en Ranton: Lanza Celestial, fusionando electricidad plasmática con viento de alta velocidad. Esto me permite generar energía híbrida capaz de atravesar cualquier defensa, lanzando ataques como rayos láser de plasma o descargas con precisión quirúrgica, similares a misiles guiados.

El elemento Jiton (Magnetismo) evolucionó a Jiton: Campo Omega, convirtiéndome en un núcleo electromagnético viviente. No solo puedo manipular metales, sino también los campos magnéticos de objetos, personas e incluso técnicas enemigas, alterando su trayectoria o debilitándolas. Incluso puedo imantar y revertir ataques mágicos.

Por último, el elemento Bakuton (Explosión) evolucionó a Bakuton: Núcleo de Catástrofe. Esta habilidad me permite generar reacciones explosivas a nivel nuclear o de fusión controlada. No se limita a explosiones físicas: puedo detonar energía, materia, sonido e incluso luz, causando destrucción masiva o ataques precisos según la situación.

Ahora me encontraba junto a las puertas de Uruk, esperando a Fujimaru, Merlin y Mash, quienes habían salido en una misión menor sin mayores riesgos.

—Hace tiempo que no reviso mi estado —pensé.

Sistema, muéstrame mi estado —le dije mentalmente.

[Estado]

Nombre: LucianoRaza: Dios Dragón Exterior / Ōtsutsuki / Jūbi / Saiyajin / Majin

Estadísticas

Fuerza: U++

Velocidad: U++

Vitalidad: Ω/∞

Resistencia: Ω/∞

Defensa: U+-

Inteligencia: U+-

Suerte: Ω/∞

Energía: Ω/∞

Puntos del Sistema: 78,855,000 PS

Habilidades Principales

Eclipse del Dios Espectral – Nivel Máximo

Detector de Mentiras – Nivel Máximo (70% de efectividad, incluye capacidad parcial de lectura de intenciones)

Mapa – Activado

Resistencia Suprema – Nivel Máximo (defensa natural del 100%)

Resistencia Absoluta – Nivel Máximo (inmunidad total a todo tipo de ataques, incluyendo mentales, del alma o elementales)

Modo Sabio de los Seis Caminos – Nivel Máximo (multiplica todas las estadísticas ×50)

Potenciación Suprema del Dios de la Guerra – Nivel Máximo (multiplica todas las estadísticas ×5000 al activarse)

Danza de los Mil Pétalos – Nivel Máximo (creación ilimitada de cuchillas de papel)

Cocina – Nivel 30 (0/30,000) (permite preparar platos de Gran Chef, que otorgan mejoras temporales durante 10 horas)

Sensor – Nivel Máximo

Hilos de Chakra – Nivel Máximo

Barrera – Nivel Máximo (bloquea cualquier ataque si la resistencia del usuario supera la del atacante)

Gran Maestro de Armas – Nivel Máximo (dominio perfecto de cualquier arma, con ×50 de daño adicional)

Adaptabilidad Suprema – Nivel Máximo (permite adaptarse a cualquier situación 100% más rápido)

Control de Energía ∞ – Dominio completo sobre cualquier tipo de energía

Control de Conceptos Universales

Control de la Realidad – Nivel 30 (500/300,000) – 30% de efectividad actual

Control del Espacio – Nivel 30 (500/300,000) – 30% de efectividad actual

Control del Tiempo – Nivel Máximo – Dominio total

Dominio del Vacío – Nivel Máximo

Señor de los Muertos – Nivel 15 (5,000/15,000)

Puerta de Babilonia – Nivel Máximo (invocación ilimitada de portales en función de la energía)

Enûma Anu Enlil – Nivel Máximo

Fuinjutsu Divino – Nivel Máximo

Reino Absoluto del Vacío – Nivel Máximo (expansión ilimitada según el nivel de energía)

Control de Energías

Chakra Divino Avanzado: 100%

Ki Divino Avanzado: 100%

Magia Divina Avanzada: 100%

Energía Destructora: Nivel Máximo (100% de su poder real)

Energía Creadora: Nivel Máximo (100% de su poder real)

Control de la Antimateria: Nivel 30 (0/300,000) – 30% de efectividad actual

Haki Divino

Haki del Rey Divino: 100%

Haki de Armadura Divina: 100% (permite golpear conceptos e intangibles)

Haki de Observación y Omnipresencia Divino: 100% (permite ver futuros alternativos de cualquier ser y percibir todo lo que ocurre en el mundo)

Elementos y Transformaciones

Elementos dominados al 100%:

Fuego (Combustión Absoluta)

Aire (Viento Divino)

Papel (Papel Divino)

Rayo (Voluntad del Trueno)

Agua (Océano Primordial)

Roca (Geogénesis)

Hyōton (Invierno Eterno)

Mokuton (Árbol Primordial)

Yōton (Erupción del Infierno)

Fukkōton (Recreación de Vida)

Futton (Neblina Infernal)

Ranton (Lanza Celestial)

Jiton (Campo Omega)

Bakuton (Núcleo de Catástrofe)

Elementos disponibles para desbloquear:

Meiton (Oscuridad)

Jinton (Polvo)

Shoton (Cristal)

Kōton (Metal)

Fūkaiton (Huracán)

Hakuton (Luz)

Chimeton (Sangre)

Invocaciones

Bahamut, Fenrir, Leviatán, Ala Muerte, Dragones de las Cumbres del Rugido Ancestral, Gugalanna

Ejército Personal

Comandantes de la Muerte: Silver, Goliat

Generales del Abismo: Flash, Etzio, Quimera, León de Nemea

Mariscales del Abismo: Azrael, Kairos, Kraken, Cerbero

Comandante Supremo del Abismo: Behemot

Emperadores del Abismo: Jörmungandr, Asterios, Yatagarasu

Taijutsu

Artes Antiguas: Nivel Máximo (x100 en Fuerza y Resistencia permanentes)

Puño Suave: Nivel Máximo (x100 en Fuerza y Defensa permanentes)

Gōken: Nivel Máximo (x100 en Fuerza y Velocidad)

Luna Suprema: Nivel Máximo (x300 en Fuerza, Velocidad y Defensa)

Arte Dracónico del Caos Primordial: Nivel 1 (0/100) (x100 a todas las estadísticas)

Arte Marcial Divino: x2 en ataques de forma permanente

Relaciones

Estado de relación máximo con:Natsumi, Hanabi, Konan, Nagato, Kankurō, Gaara, Temari, Merlín, Ana, Mash, Fujimaru, Gilgamesh, Ishtar, Quetzalcóatl, Ereshkigal

Equipo

Anillo de Aniquilación – Equipado

Anillo de Distorsión Temporal – Equipado

Sello de la Ira del Dragón Primordial – Equipado

Brazaletes del Dios de la Guerra – Equipado

Al ver mi mejora, solo sonreí para mis adentros mientras volvía mi atención a Ana, a quien acariciaba suavemente la cabeza.

—Sabes, Ana, eres mucho más linda sin la capucha que con ella, ¿no lo creen? —dije, mirando a Ishtar y Quetzalcóatl, quienes asintieron con una sonrisa antes de comenzar a estirarle las mejillas a Ana.

—La verdad es que sí, es muy linda —dijeron ambas con grandes sonrisas.

—Miren, parece que por fin han vuelto —comenté al notar al pequeño grupo que se acercaba—. Parece que la misión fue un éxito —dije mientras los observaba—. Era una misión sencilla, solo había que vencer a unas bestias demoníacas.

—Me alegra. Acérquense, los teletransportaré a la sala del trono; el rey quiere decirnos algo —dije. Todos asintieron mientras se acercaban y tocaban mi hombro.

Entonces, en un destello blanco, aparecimos en la sala del trono.

—Bien, parece que ya están todos —dijo Gilgamesh mientras se levantaba de su trono—. Ahora les diré cuál es el plan para vencer a Gorgon —añadió con seriedad.

—Primero, expliquemos cómo está la situación actual —dijo Siduri, colocándose frente a un gran tablero con la forma de la muralla norte y la base de Gorgon.

—Todos nuestros soldados están en la muralla norte, preparándose para la inminente invasión del ejército de Gorgon. Mientras tanto, las bestias demoníacas se encuentran en el Bosque Cedra. Su número es diez veces mayor que el nuestro.

—Entonces, ¿es imposible que la humanidad gane esta batalla? —pregunté.

—Por eso atacaremos su base —intervino Gilgamesh.

—¿Así que iremos directamente a su territorio? —dijo Fujimaru.

—Sí. Nosotros, desde Uruk, les daremos medio día para que lleguen a la base de Gorgon, el Fuerte de la Sangre, y logren conquistarla —respondió Gilgamesh.

—Eso nos daría una oportunidad para vencer a Gorgon. Pero ¿cómo destruiremos el Fuerte de la Sangre? —preguntó Ishtar.

—Ahí es donde entra el hacha de Maduk. Debería ser capaz de abrir una brecha en el fuerte y crear un camino hacia su interior —explicó Gilgamesh.

—Un misterioso Servant, que se hacía llamar "Servicio de Paquetería Black Jaguar", nos trajo el hacha. La enviamos al muro norte para que la dejara allí —añadió Siduri.

—Pero si llevamos el hacha de esa manera, las bestias demoníacas podrían derribarla —dijo Quetzalcóatl.

—Entonces simplemente la lanzaremos. Supongo que lanzar el hacha hacia el templo no te costará mucho —dijo Gilgamesh, mirando a Quetzalcóatl.

—Son unos 30 kilómetros desde el muro hasta el fuerte. Podría hacerlo, pero si yo ataco el templo, sería completamente aniquilada por la alianza que hicimos —respondió Quetzalcóatl.

—Eso es sencillo. Tú lánzala, y yo la controlaré con mi elemento de magnetismo para estrellarla contra el fuerte —dije, mirándola.

—Fujimaru, Mash, Ana, Ishtar y Merlin deberían infiltrarse y estar cerca del templo para que, cuando el hacha impacte, puedan entrar rápidamente. Quetzalcóatl y yo nos quedaremos en el muro norte, ayudando a los soldados —añadí, mirando a los demás, que asintieron en silencio.

—Bien, ¿les ha quedado clara toda la operación? —preguntó Gilgamesh al grupo, que nuevamente asintió.

—Entonces, esta operación se llamará "Bombardeo de Maduk". Tengan en mente que la supervivencia del muro norte depende de esta batalla —concluyó Gilgamesh.

Esa misma noche nos dirigimos a la muralla norte en una caravana guiada por Merlin y Fujimaru, quienes conversaban animadamente. Yo, mientras tanto, meditaba para alcanzar más rápido el Modo Sabio de los Seis Caminos. Aunque ya me transformaba con rapidez, quería lograr que fuera instantáneo, pues nunca se sabe qué puede pasar en combate.

Al llegar a la muralla aún era de noche, así que decidimos descansar. Yo relajé a Ana con mi energía natural para que pudiera dormir mejor y estar lista para la batalla del día siguiente.

En un movimiento rápido, guardé una parte del alma de Ana y de Merlin en una pequeña dimensión de mi Rinne Sharingan, por si ocurría algo fuera del plan.

—¡Prepárense para la tercera oleada! —gritaba un soldado al amanecer, mientras las bestias demoníacas se acercaban al muro.

—¡Es hora de demostrar que nuestro entrenamiento con Leónidas valió la pena! —gritó otro soldado, bloqueando el ataque de una de las criaturas.

Jaguar, Quetzalcóatl y yo estábamos ayudando a los soldados, eliminando a muchas bestias demoníacas.

—Espero que el grupo de Fujimaru no esté teniendo demasiados problemas —comentó Jaguar mientras combatíamos.

—Esto solo fue un calentamiento. ¡Ahora comienza la verdadera batalla! —gritó Quetzalcóatl, justo antes de ser golpeada por un ataque de Kingu que la hizo derrapar por el suelo.

—Tenía dudas sobre quién eras… pero no esperaba que fueras tú, Quetzalcóatl. Supongo que eso significa que la alianza de las tres diosas ha terminado —dijo Kingu con frialdad.

Quetzalcóatl solo sonrió y dio un gran salto para esquivar un número de cadenas que se dirigían hacia ella. Usando su arma, bloqueó varias de ellas mientras se desplazaba en el aire. Entonces lanzó su arma como una finta que Kingu se creyó, pero cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde: Quetzalcóatl lo había sujetado del cuello con sus piernas y lo estrelló contra el suelo.

Kingu se recuperó rápidamente y lanzó más cadenas; una de ellas logró atrapar la muñeca de Quetzalcóatl, atrayéndola hacia él a gran velocidad.

Quetzalcóatl aprovechó la oportunidad para lanzar un puñetazo que Kingu respondió con otro, haciendo que el suelo debajo de ellos se resquebrajara por el impacto.

Mientras tanto, el grupo de Fujimaru acababa de eliminar a las últimas bestias demoníacas que los atacaron.

—Fujimaru, a unos 300 metros se detecta una gran cantidad de magia. Debe ser el fuerte. Merlin, manda la señal a Quetzalcóatl —dijo Mash.

—Marchando… Abracadabra —respondió Merlin, mientras lanzaba un rayo de luz al cielo como señal.

—Parece que se acabaron los juegos, Kingu —dijo Quetzalcóatl con una sonrisa.

Kingu solo la miró sorprendido por sus palabras.

Una gran sombra sobrevoló el muro: era el hacha que se acercaba directamente a Quetzalcóatl.

—El hacha de Maduk… —dijo Kingu, sorprendido.

Quetzalcóatl no dudó. Saltó y atrapó el arma en el aire. Al caer al suelo, su impacto creó un gran cráter. Comenzó a girar junto al hacha, aumentando su impulso, y luego la lanzó con fuerza en dirección al fuerte.

El hacha pasó al lado de Kingu, quien comentó:

—Algo tan grande nunca me daría...

—Eso no era para ti, era un pase —dije, apareciendo mientras tomaba el hacha al vuelo para hacerla girar aún más antes de lanzarla hacia el cielo.

—Parece que has desperdiciado tu oportunidad —dijo Kingu.

—¿Quién dijo que ese ataque iba dirigido a ti? —respondí, levantando el brazo.

Con un rápido movimiento, bajé el brazo señalando al fuerte. El hacha, como un relámpago descendente, cayó a gran velocidad desde el cielo y se estrelló contra la estructura, destruyendo gran parte de ella.

—Esta vez habéis salvado vuestras vidas. Cuando salve a Gorgon… volveré por vuestras cabezas.

—Me gustaría verte intentarlo —dije mientras aparecía detrás de él.

Kingu sintió un escalofrío y huyó a gran velocidad hacia el fuerte.

—¡Jajaja! Vaya susto le diste —dijo Jaguar, apareciendo cerca de nosotros.

Quetzalcóatl y yo simplemente reímos ante el comentario, mientras continuábamos ayudando a los soldados en el muro.

Mientras tanto, el grupo de Fujimaru ya había entrado al fuerte. Lo que encontraron fue una escena horrenda: todas las paredes estaban cubiertas de crisálidas, de las cuales salían bestias recién nacidas.

Algunas aún contenían humanos que se estaban transformando en monstruos.

—Es mejor no mirar… —dijo Merlín hacia Mash.

—Continuemos, Mash —ordenó Fujimaru.

—¡Pero aún están vivos! —gritó Mash, desesperada.

—¡Mash! —exclamó Fujimaru, apretando su hombro con frustración al no poder ayudar a nadie.

—Vamos a matar a Gorgon. Usar a los humanos para vengarse de ellos rompe cualquier lógica —dijo Ishtar.

—Estoy de acuerdo —añadió Ana.

El grupo descendió hasta lo más profundo del fuerte, hasta que llegaron a una gran sala. En el centro, había un gigantesco agujero lleno de sangre.

—¡Gorgon, sal de donde estés! —gritó Fujimaru.

Varias cabezas moradas de serpiente emergieron de la sangre, seguidas por el cuerpo principal de Gorgon.

—Me preguntaba quiénes eran… pero resultaron ser los insectos que dejé escapar —dijo Gorgon con desprecio.

—Gorgon, ¿por qué usas a los humanos para vengarte de la humanidad? ¡No tiene sentido! —gritó Mash.

—Tiene todo el sentido. Aplastaré a cada uno de ellos y me vengaré de la humanidad… usando a la humanidad misma. Parece que esta niña no conoce cuán oscuro es el mundo.

—Fujimaru Ritsuka… tú sí entiendes mi punto de vista. Si te unes a mí y te conviertes en mi Master, te dejaré vivir. ¿Qué opinas? —preguntó Gorgon, acercando su rostro al grupo.

—Gorgon, puede que seas una creación de la humanidad… pero yo me niego a aceptarte —dijo Fujimaru, serio.

—Tus palabras están vacías —continuó.

—Eres solo una farsa que usó el poder del Grial para convertirse en diosa. Para empezar, una madre no necesita criaturas ajenas para crear vida —dijo Ishtar, comenzando a flotar—. Ella nunca haría algo tan absurdo como utilizar a aquellos de los que quiere vengarse como instrumentos de venganza.

Gorgon, ahora llena de ira, rugía.

—Gorgon —dijo Ana, acercándose mientras se quitaba la capucha.

—¿Qué está sucediendo? ¿Por qué mi mente se enfría? ¿Qué estás haciendo? ¡Kingu, saca a este horrible monstruo del fuerte! —gritaba una desesperada Gorgon, incapaz de mirar a Ana.

—¿Así que no puedes verme? Si pudieras, aún habría una oportunidad de salvarte —respondió Ana, con tristeza.

—¿Estás bien con esto, Ana? —preguntó Fujimaru.

—Sí. Siempre sentí que no debía estar aquí. No merecía vivir, ni sonreír, ni disfrutar… pero ahora sé que quiero vivir. Quiero estar aquí. Quiero sonreír.

—Por eso ella y yo estamos aquí —dijo con firmeza.

—¿Estás lista, Ana? Eso liberará la divinidad que has estado acumulando —advirtió Merlín.

—Sí.

Tras decirlo, la venda en su frente desapareció, y un aura divina de color rosado comenzó a envolverla.

—Fujimaru, Mash, préstame su fuerza. Yo usaré mis propios ojos místicos para contrarrestar los suyos —dijo mientras abría sus ojos, revelando que eran iguales a los de Gorgon.

Continuará...

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