*THYRA*
Dos días después de que se anunciara la lista de calificados, el gremio de aventureros estaba lleno de risas y celebraciones. Los que habían logrado pasar a la tercera fase del evento eran recibidos con entusiasmo, y las mesas estaban llenas de bebidas y comida, mientras los demás los felicitaban y compartían historias de sus propias experiencias durante el evento. El ambiente era festivo, pero mi mente seguía centrada en otras cosas.
El grupo con el que había viajado durante las últimas dos semanas estaba allí también, celebrando su éxito. Aunque me habían felicitado por mis victorias en los combates individuales y la demostración de poder durante la lucha grupal, no podía evitar sentir que había algo más en sus palabras. Parecía que realmente se alegraban de mi progreso, pero a la vez, algo en sus ojos indicaba que me veían como algo diferente, algo... distante.
Una de las jóvenes del grupo, con una sonrisa cálida, se acercó a mí mientras tomaba un sorbo de mi bebida.
"Me alegra ver que tomaste en cuenta nuestro consejo de quedarte un poco más en el continente antes de regresar a tu hogar", dijo, con un tono amable y algo de sinceridad en su voz. "Sé que tenías planes de irte pronto, pero... tal vez este continente tiene algo más que ofrecerte. ¿No lo crees?"
La pregunta, aunque bien intencionada, me hizo pensar por un momento. Durante las últimas semanas, me había centrado en mis propios objetivos, pero en el fondo, algo me decía que este continente aún tenía más que ofrecerme. No solo las oportunidades que habían surgido en los combates, sino también las posibilidades de encontrar respuestas a las preguntas que llevaba guardadas desde que llegué aquí. La gente, las culturas, la magia... todo me era tan nuevo, tan diferente. Y aunque mi mente me instaba a regresar a mi hogar, algo dentro de mí sentía que aún no era el momento adecuado.
"Sí, tal vez," respondí, dejando de lado por un momento mis pensamientos más profundos. "Este lugar es... interesante, pero no puedo quedarme mucho tiempo. Mi objetivo sigue siendo regresar a casa."
La joven asintió, como si entendiera lo que quería decir, aunque sus ojos reflejaban una pizca de tristeza. "Lo entiendo. Solo espero que tomes la mejor decisión para ti. A veces, quedarse un poco más... puede abrir puertas que no sabías que existían."
Sus palabras resonaron en mí de manera inesperada. Mientras todos seguían celebrando alrededor, me quedé pensativa, mirando la bebida en mis manos. Mi camino estaba claro, pero en lo más profundo, sabía que algo más me llamaba, algo que no había anticipado.
Las puertas que mencionaba podrían ser muchas, y tal vez, solo tal vez, quedarme un poco más en este continente podría ser lo que necesitaba para encontrar las respuestas que aún buscaba.
En medio de la animada celebración, entre risas y voces altas, mis ojos fueron atraídos hacia un rincón del gremio donde vi a Aedric. Estaba conversando con alguien que parecía ser un viejo conocido suyo. No pude evitar notar lo relajado que se veía, como si estuviera disfrutando de la compañía, pero había algo en su postura que me indicaba que aún no había dejado de pensar en el evento y lo que les esperaba a ambos al día siguiente.
Decidí salir del bullicio de la sala y dirigirme hacia un balcón cercano. Necesitaba un respiro. La cálida brisa de la noche me envolvió al instante. Me quité la capa que llevaba, dejándola caer suavemente sobre la barandilla mientras me apoyaba en ella. La temperatura era más cálida de lo que había experimentado en mi continente durante la misma época del año. Había sido invierno en casa cuando me fui, y mientras observaba las estrellas, me encontraba en la transición hacia la primavera aquí. Era una sensación extraña, como si el mundo en este continente fuera completamente diferente, y yo, por un momento, me había olvidado de lo que había dejado atrás.
Pensé en mis padres y en mis hermanos menores. Me preguntaba si ya me habían dado por muerta, si alguna vez sabrían que seguía viva. Myla, Caden y Darein, los tres más cercanos a mí, también me rondaban en la mente. Extrañaba su compañía, su forma de ver el mundo, pero al mismo tiempo, me sentía aliviada de estar viva después de todo lo que había pasado, incluida la lucha contra el dragón. Había sobrevivido, algo que había pensado en su momento que no lograría. Y aunque estaba lejos de casa, sentía que mi vida había tomado un giro que no había previsto, algo que, de alguna manera, me había abierto a nuevas posibilidades.
De repente, escuché una voz familiar que rompió mis pensamientos. Aedric.
"¿No esperaba verte aquí a esta hora?" dijo, su tono casual y amigable. Su presencia no me sorprendió, pero su forma de hablar me hizo sonreír sin querer. "Parece que ambos estamos en la misma situación. Pensando en lo que nos espera mañana. ¿Listos para la tercera fase?"
Lo miré, y aunque su tono era despreocupado, sabía que estaba tan consciente de lo que significaba la siguiente fase como yo. Lo que iba a suceder podría cambiar muchas cosas para ambos. La competencia sería aún más dura.
"Listos," respondí con una pequeña sonrisa. "Aunque, a decir verdad, no estoy tan segura de lo que realmente me espera. Siempre hay sorpresas."
Él rió suavemente y se acercó un paso más, apoyándose en la barandilla junto a mí. "Supongo que eso es lo emocionante de todo esto. No saber qué va a pasar, pero estar listo para lo que venga. ¿Qué piensas hacer después de todo esto, Thyra? ¿Volver a casa? ¿O quedarte un poco más?"
La pregunta, aunque parecía simple, me hizo pensar por un momento. Mi hogar, mis responsabilidades... todo me parecía distante, pero aún así, algo dentro de mí me decía que tal vez no había terminado aquí.
"Lo decidiré después," dije, con más calma de la que sentía. "Por ahora, estoy concentrada en lo que viene mañana."
Aedric asintió, observando las estrellas por un momento antes de volver a mirarme. "Te entiendo. Solo quería asegurarme de que estuvieras lista. Aunque ya has demostrado que tienes todo bajo control."
Lo miré de reojo, y una leve sonrisa apareció en mi rostro. "Gracias, pero... no estoy tan segura de eso. Nadie tiene todo bajo control."
Su mirada se suavizó, y aunque su actitud seguía siendo relajada, pude notar que se estaba tomando las cosas más en serio. "Lo sé. Pero eso es lo que hace que todo esto sea interesante, ¿verdad? Lo que venga... no podemos controlarlo, solo prepararnos para enfrentarlo."
Quedamos en silencio un momento, mientras ambos observábamos las luces distantes de la ciudad y la calma de la noche. Sabíamos que al día siguiente todo cambiaría, y aunque las palabras fueron pocas, la comprensión entre los dos era clara. Ambos estábamos listos, aunque no sabíamos qué exactamente nos esperaba.
Después de un rato, Aedric rompió el silencio. "Bueno, no quiero molestarte más. Mañana será un día largo. Solo quería... asegurarme de que supieras que, si necesitas algo, puedes contar conmigo."
Lo miré, y en su expresión vi algo genuino, algo más allá de la simple cortesía. Asentí con una sonrisa pequeña, agradecida por su compañía y apoyo, aunque no estuviera segura de lo que realmente significaba.
"Lo tendré en cuenta. Buenas noches, Aedric."
"Buenas noches, Thyra."
Y con eso, se alejó, dejándome una vez más con mis pensamientos. Esta vez, sin embargo, el peso de lo que nos esperaba al día siguiente se sentía mucho más real. El futuro era incierto, pero había algo en mí que me decía que, cualquiera que fuera el desafío, estaría lista para enfrentarlo.
****
El día había llegado, y los clasificados estábamos alineados fuera de los muros de la imponente base militar. El sol apenas comenzaba a elevarse, bañando la ciudad con una luz dorada que reflejaba la tensión en el aire. Cada uno de nosotros estaba en formación, en silencio, esperando que las puertas de la base se abrieran para dar inicio a la tercera fase del evento. Había un ambiente cargado de anticipación, un aura de competitividad que se podía cortar con un cuchillo.
Aedric estaba a mi lado, como siempre, pero esta vez había algo en su postura que no había visto antes. Su cuerpo se tensaba con nerviosismo, sus manos apretadas en los costados mientras sus ojos recorrían a los demás competidores. Su mirada era inquieta, llena de ansiedad, algo que contrastaba con mi calma habitual. Podía sentir su nerviosismo casi como si fuera propio. A pesar de todo, su entusiasmo era palpable. "Estoy listo", murmuró, casi para sí mismo, pero yo lo escuché.
Yo, por otro lado, me sentía más tranquila de lo que debería. Sin embargo, no podía evitar notar la presión en el aire. Sabía que los clasificados no eran simples luchadores; todos tenían un poder considerable, un nivel que me haría tener que contenerme si planeaba no desatar mi fuerza en su totalidad. Sentía sus presencias, cada uno de ellos emanando poder, algunos más que otros, pero todos con una capacidad considerable. Esto me haría tener que jugar con estrategia y precisión, sin arriesgarme a perder el control de mi poder, especialmente si me enfrentaba a varios de ellos al mismo tiempo.
Mis sentidos se mantenían alerta, como siempre, pero hoy había algo más en la atmósfera. A medida que observaba la base militar, no podía evitar sentir el peso de la poderosa energía que emanaba desde su interior. Podía percibir una presencia mucho más grande, mucho más intensa de lo que había sentido hasta ahora. Recordé lo que Aedric había dicho sobre el Consejo, los magos más poderosos del continente, y ahora, estando tan cerca de ellos, podía sentir su influencia. Estaban ahí, en la base, observando el evento. Un escalofrío recorrió mi espalda. No solo se trataba de la competencia; algo mucho más grande estaba en juego.
El sonido de las puertas comenzando a abrirse me sacó de mis pensamientos. Un rugido de voces ansiosas y emocionadas llenó el aire mientras el muro de entrada comenzaba a separarse, revelando el vasto campo de entrenamiento y las instalaciones detrás de él. Las paredes de la base militar eran imponentes, reforzadas, y al entrar, sentí el peso de los ojos que nos observaban. La gran mayoría de los competidores se adelantaron rápidamente, pero yo me quedé un momento más atrás, observando cada detalle.
Aedric miró hacia adelante, sus ojos brillando con determinación. "Esto es más grande de lo que pensaba", dijo en un susurro, como si estuviera reconociendo la magnitud de la situación. "Es ahora o nunca."
Asentí sin decir una palabra, mi mente ya en modo de concentración. Sabía que todo lo que había hecho hasta ahora había sido solo un preludio. La verdadera batalla comenzaría dentro de poco, y esta vez no se trataba solo de derrotar a oponentes; se trataba de cómo manejar lo que realmente estaba en juego.
Al avanzar hacia el interior, me encontré con más miembros del gremio, otros aventureros que competían por los mismos objetivos. No pude evitar notar las miradas de algunos de ellos, que parecían intrigados por mi presencia. Sin embargo, no les presté demasiada atención. Mi objetivo estaba claro y era sobrevivir, avanzar y ganar. Mientras nos adentramos más en la base, pude sentir cómo la presión aumentaba con cada paso que daba, como si el aire mismo estuviera cargado de poder.
Finalmente, llegamos a una gran plaza donde se alinearon más competidores. El evento iba a comenzar, y todo estaba preparado para la fase final. Mientras Aedric y yo nos reuníamos con el resto, la gran arena frente a nosotros parecía decirlo todo: el escenario estaba listo para la batalla, y esta vez, todo lo que habíamos hecho hasta ahora se pondría a prueba.
Un oficial de la base subió a una plataforma, y al ver su presencia, su autoridad se hizo notar de inmediato. La multitud se quedó en silencio, esperando que comenzara el evento, mientras yo me preparaba mentalmente. Mi cuerpo estaba en tensión, lista para darlo todo, pero también para controlar mi poder. Sabía que era importante no solo mostrar lo que podía hacer, sino saber cuándo y cómo desatarlo.
El oficial habló, su voz resonando en el aire: "Bienvenidos a la tercera fase del evento de clasificación. Aquí, se determinará quién merece ascender a un nivel superior y quién no. Aquellos que logren avanzar serán los mejores de los mejores. ¡Prepárense para la batalla!"
Mis sentidos se agudizaron. Este era el momento. Todo lo que había hecho hasta ahora no era más que el preludio.
***
*EN EL PALCO*
Desde mi palco privado, observaba a los calificados que ingresaban a la arena, uno por uno. Todos ellos parecían decididos, poderosos, pero mi mirada solo buscaba a una persona: la mujer de cabello oscuro, de ojos azules y una presencia que se sentía incluso a través de la distancia. Cada vez que la veía, algo en mí se removía, como si hubiera una chispa de reconocimiento, o quizás algo más, algo que no lograba descifrar. Su poder, su elegancia en combate, todo en ella era fascinante.
Con el ceño fruncido, le hice un gesto a mi asistente, que estaba al lado, listo para tomar cualquier orden. "¿Encontraste algo sobre ella?" pregunté con voz baja, mis ojos fijos en Thyra mientras se movía junto a los demás competidores.
Mi asistente, un hombre de rostro impasible, se inclinó ligeramente antes de responder. "No hemos encontrado nada concreto, señor. Lo que pudimos averiguar es que se llama Thyra, y se dice que es una viajera que perdió su identificación. Eso la llevó a unirse al gremio hace poco menos de un mes. Fuera de eso, no hay registros sobre ella. No sabemos de dónde viene ni quién es realmente."
Fruncí el ceño al escuchar eso. "¿Nada más? ¿No hay indicios de su origen, su familia o algo que la vincule a algún poder o facción?"
"Lo lamentamos, señor. Es como si hubiera aparecido de la nada. No hemos encontrado vínculos con ninguna nobleza ni facción u organización conocida."
Mis ojos se entrecerraron, observando a Thyra con más atención mientras tomaba su lugar en la arena, rodeada de otros competidores. Mi mente trabajaba rápidamente. No podía ser simplemente una viajera común. No con ese poder, esa destreza en combate y esa calma en medio de la adversidad. Había algo más detrás de ella, algo que aún no había descubierto. Un sentimiento extraño, inquietante, me decía que la historia de esa mujer era mucho más compleja de lo que parecía.
"Investiga más a fondo. Quiero saber todo lo que puedas sobre ella. No me importa si tienes que ir más allá de los registros oficiales. Algo en ella no encaja." Dije, mi tono serio y autoritario.
Mi asistente asintió, sabiendo que no era una sugerencia, sino una orden. "Entendido, señor. Procederé con más discreción."
Mi mente seguía girando mientras observaba a Thyra, observando cómo se mantenía tranquila y calculadora, como si no estuviera en medio de una competencia que podría decidir el destino de todos los presentes. Algo en su comportamiento, en la manera en que se movía, me hacía pensar que ella ya sabía lo que estaba en juego. Como si estuviera, de alguna manera, jugando con los demás.
"Será interesante ver cómo se desenvuelve en la siguiente fase", murmuré para mí mismo, sin apartar la vista de ella. "Muy interesante."