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Chapter 3 - Capítulo 3: Primera Expedición

El sol de Gaia brillaba con un tono ligeramente más anaranjado que el de la Tierra, proyectando sombras alargadas entre los árboles del extraño bosque que rodeaba la Base Umbrella. Carlos ajustó la empuñadura de su espada corta por quinta vez, intentando encontrar una forma cómoda de llevarla que no le hiciera sentir como un completo novato.

—¿Estamos listos? —preguntó a sus tres compañeros humanoides, que esperaban junto a la puerta principal de la base.

Miguel, Daniel y Alejandro asintieron al unísono. Carlos no pudo evitar sentirse impresionado por la naturalidad con la que habían seleccionado y manejaban sus armas. Miguel portaba una lanza de aspecto práctico, Daniel había optado por una espada y escudo pequeño, mientras que Alejandro llevaba un arco simple y un carcaj con flechas. A pesar de ser creaciones recientes, mostraban una coordinación física envidiable.

—Sistema —llamó Carlos—, ¿puedes mostrarme un mapa de la zona y marcar los recursos que necesitamos?

**[Generando mapa del área circundante en un radio de 2 kilómetros]**

Un holograma apareció frente a ellos, mostrando la base en el centro y el bosque circundante. Varios puntos brillantes marcaban diferentes ubicaciones.

**[Recursos detectados:**

**- Azul: Fuentes de agua**

**- Verde: Vegetación aprovechable**

**- Marrón: Madera resistente**

**- Gris: Posibles depósitos minerales**

**- Rojo: Presencia de criaturas]**

Carlos estudió el mapa con atención. A unos quinientos metros al este había un punto gris que podría indicar minerales, y cerca de él, varios puntos marrones que sugerían árboles aprovechables para madera. Sin embargo, también había algunos puntos rojos dispersos, especialmente concentrados cerca de lo que parecía ser un pequeño arroyo al noreste.

—Parece que tenemos compañía ahí fuera —murmuró Carlos—. Sistema, ¿puedes darme información sobre esas criaturas marcadas en rojo?

**[Análisis preliminar indica fauna local de nivel bajo a medio-bajo. Sin datos específicos disponibles. Se requiere observación directa o exploración para obtener información detallada]**

—Fantástico —suspiró Carlos—. Iremos hacia el este primero, buscaremos esos minerales y madera. Intentaremos evitar las concentraciones de criaturas por ahora.

Tras asegurarse de que llevaban algunas bolsas de lona para transportar los recursos, Carlos dio la orden de salir. La puerta de la base se cerró automáticamente tras ellos con un sonido hermético que resultó extrañamente reconfortante.

—Manténganse alerta —instruyó Carlos, intentando sonar más confiado de lo que se sentía—. Miguel, tú irás delante. Daniel, cubre nuestro flanco derecho. Alejandro, el izquierdo. Yo vigilaré la retaguardia.

Los humanoides asintieron y tomaron sus posiciones sin cuestionar nada. Carlos se preguntó brevemente si estarían programados para obedecer o si simplemente confiaban en él por ser su creador. Cualquiera que fuese la respuesta, agradecía su cooperación.

Avanzaron por el bosque con cautela. La vegetación era similar a la terrestre en estructura, pero con colores y formas ligeramente diferentes. Las hojas de los árboles tenían tonalidades que iban desde el verde azulado hasta el púrpura pálido, y muchas plantas parecían cambiar sutilmente de color según la dirección del viento. El suelo estaba cubierto de un musgo esponjoso que amortiguaba sus pasos.

Después de unos veinte minutos de caminata, llegaron a un pequeño claro donde varios árboles se alzaban majestuosos. Su corteza era de un tono grisáceo con vetas plateadas que brillaban bajo la luz del sol.

—¿Sistema, estos árboles clasifican como madera resistente? —preguntó Carlos.

**[Análisis confirmado. Árboles Argénteos: Madera de alta resistencia, adecuada para construcción y mejoras de base]**

—Perfecto —sonrió Carlos—. Daniel, Alejandro, vamos a recolectar algo de esta madera. Miguel, mantente vigilante.

Mientras Daniel y Alejandro sacaban unas pequeñas hachas de sus mochilas, Carlos observó con fascinación cómo trabajaban. Sus movimientos eran precisos y eficientes, como si hubieran estado talando árboles toda su vida, aunque habían sido creados apenas unas horas antes.

—¿Cómo saben hacer esto? —preguntó finalmente, incapaz de contener su curiosidad—. No recuerdo haberles dado instrucciones específicas sobre cómo talar árboles.

Daniel hizo una pausa en su labor, secándose la frente a pesar de que no parecía estar sudando realmente.

—Conocimiento básico de supervivencia y tareas comunes viene integrado en nuestra creación, Administrador —respondió con naturalidad—. No tenemos habilidades especializadas, pero podemos realizar trabajos básicos eficientemente.

—Impresionante —murmuró Carlos—. ¿Y qué hay de...?

Un silbido cortó el aire, seguido por el sonido de algo pesado cayendo al suelo. Carlos se giró rápidamente para ver a Miguel de pie junto al cuerpo de una extraña criatura, su lanza atravesando lo que parecía ser el cuello del animal.

—¡Santo cielo! —exclamó Carlos, acercándose con cautela—. ¿Qué es esa cosa?

La criatura era del tamaño de un perro grande, pero su anatomía era completamente alienígena. Tenía seis patas terminadas en garras afiladas, un cuerpo cubierto de escamas verdes iridiscentes, y una cabeza alargada con múltiples ojos pequeños. No había sangre visible donde la lanza había penetrado, sino un fluido verdoso que brillaba tenuemente.

—Depredador local —explicó Miguel con calma—. Se acercaba sigilosamente desde aquellos arbustos.

Carlos tragó saliva, imaginando lo que podría haber pasado si Miguel no hubiera estado vigilando.

—Gracias —dijo sinceramente—. Sistema, ¿puedes identificar esta criatura?

**[Análisis completado. Especie: Hexápodo Acorazado. Nivel de amenaza: Bajo-Medio. Depredador territorial común en bosques de Gaia. Partes aprovechables: Escamas (material resistente), Glándulas luminiscentes (componente alquímico), Núcleo (energía de baja calidad)]**

—¿Núcleo? —los ojos de Carlos se iluminaron—. ¿Dónde está exactamente?

**[El núcleo se encuentra en la cavidad torácica central, protegido por la estructura ósea]**

Miguel, sin necesidad de instrucciones adicionales, retiró su lanza y procedió a abrir hábilmente el pecho de la criatura con un cuchillo que llevaba en su cinturón. Tras un minuto de cuidadosa disección, extrajo una pequeña esfera brillante del tamaño de una canica grande. La esfera emitía un suave resplandor verdoso.

—Núcleo de energía de baja calidad —anunció Miguel, ofreciéndoselo a Carlos.

Carlos tomó el núcleo con reverencia. Era cálido al tacto y parecía pulsar ligeramente, como si tuviera vida propia.

—Sistema, ¿cómo utilizamos esto para la base?

**[Los núcleos pueden ser introducidos en la Unidad de Procesamiento Energético ubicada en la Sala de Control. La energía será extraída y almacenada automáticamente]**

—¿Podemos aprovechar algo más de esta criatura? —preguntó Carlos, observando el cadáver.

**[Recomendación: Recolectar escamas y glándulas luminiscentes. Las escamas pueden utilizarse para reforzar armaduras básicas. Las glándulas tienen aplicaciones en medicina y alquimia]**

Alejandro se acercó con un cuchillo propio y comenzó a extraer cuidadosamente las escamas más grandes y las pequeñas glándulas brillantes, guardándolas en una bolsa separada.

—Administrador —llamó Daniel, que había regresado a su tarea de talar—, hemos reunido suficiente madera para llevar en este viaje. Sugiero proceder hacia los depósitos minerales antes de que oscurezca.

Carlos asintió, comprobando la posición del sol. Parecía estar descendiendo más rápido de lo que esperaba.

—¿Sistema, cuánto dura el día en Gaia?

**[El ciclo día-noche en esta región de Gaia es de aproximadamente 20 horas terrestres, dividido en 12 horas de luz y 8 de oscuridad. Tiempo estimado hasta el anochecer: 3 horas]**

—Bien, continuemos entonces —decidió Carlos—. Los depósitos minerales deberían estar cerca.

Tras recoger la madera cortada y asegurarla en fardos transportables, el grupo continuó su marcha hacia el este. A medida que avanzaban, el terreno comenzó a elevarse gradualmente, y la vegetación se volvió más escasa. Pronto llegaron a una zona rocosa donde el suelo estaba salpicado de fragmentos metálicos que brillaban con tonalidades azuladas.

—¿Sistema?

**[Depósito de Metal Básico detectado. Este metal es similar al hierro terrestre pero con propiedades mejoradas debido a la influencia mágica de Gaia]**

Daniel y Alejandro comenzaron inmediatamente a recoger los fragmentos más grandes, mientras Miguel mantenía su guardia. Carlos se unió a la recolección, notando que el metal era sorprendentemente ligero para su aparente dureza.

Estaban tan concentrados en su labor que no notaron la aproximación de nuevas criaturas hasta que Miguel dio la voz de alarma.

—¡Administrador! ¡Múltiples criaturas acercándose desde el oeste!

Carlos levantó la vista para ver una manada de seis Hexápodos Acorazados emergiendo de entre las rocas. Eran similares al que Miguel había matado anteriormente, pero estos parecían más grandes y sus escamas tenían un tono más oscuro.

—¡Formación defensiva! —gritó Carlos, recordando vagamente tácticas de los videojuegos que solía jugar—. Miguel, Daniel, primera línea. Alejandro, cúbrenos con el arco. Yo... —dudó un momento—. Yo protegeré los recursos.

Los humanoides se movieron con precisión militar, formando una barrera entre las criaturas y Carlos. Alejandro tensó su arco y, con una puntería envidiable, atravesó el ojo de la criatura que lideraba el grupo. El Hexápodo cayó con un chillido agudo que pareció enfurecer a los demás.

Las criaturas cargaron como una ola escamosa. Miguel recibió el impacto de la primera con su lanza, empalándola, pero el impulso lo hizo retroceder varios pasos. Daniel bloqueó el ataque de otras dos con su escudo, contraatacando con un movimiento fluido que dejó a una de ellas gravemente herida.

Carlos observaba la batalla con una mezcla de asombro y terror. Sus humanoides luchaban con una eficacia que no hubiera esperado de "civiles básicos", pero estaban claramente superados en número. Sin pensarlo demasiado, desenfundó su espada corta y se unió a la refriega, posicionándose junto a Daniel.

—¡Sistema! ¿Alguna debilidad que podamos aprovechar?

**[Los Hexápodos Acorazados tienen puntos vulnerables en las articulaciones de sus patas y en la zona ventral no protegida por escamas]**

—¡Ya oyeron! —gritó Carlos—. ¡Apunten a las articulaciones y los vientres!

Miguel retiró su lanza del cadáver del primer Hexápodo y, con un movimiento circular, barrió las patas de otro que intentaba flanquearlo. La criatura cayó de costado, exponiendo su vientre menos protegido, y Miguel aprovechó para asestar un golpe letal.

Carlos esquivó torpemente las garras de un Hexápodo que se le acercó, tropezando en el proceso. Daniel intervino rápidamente, bloqueando un ataque que habría herido gravemente a Carlos y contraatacando con precisión.

Alejandro seguía disparando flechas desde su posición elevada, cada una encontrando su objetivo con inquietante precisión. Dos más de las criaturas cayeron, sus cuerpos agitándose brevemente antes de quedar inmóviles.

La última criatura, quizás percibiendo que la batalla estaba perdida, intentó huir. Miguel, sin embargo, arrojó su lanza con fuerza sorprendente, atravesando la cabeza del Hexápodo y clavándola al suelo.

En menos de dos minutos, la amenaza había sido neutralizada. Carlos se quedó de pie, jadeando por el esfuerzo y la adrenalina, mientras sus tres humanoides apenas parecían afectados por el combate.

—¿Todos... están bien? —logró preguntar entre respiraciones entrecortadas.

—Funcionalidad óptima, Administrador —respondió Miguel, recuperando su lanza del cadáver del último Hexápodo—. ¿Usted está ileso?

Carlos se revisó rápidamente. Tenía algunos rasguños en los brazos y una rasgadura en su pantalón, pero nada grave.

—Estoy bien —confirmó—. Eso fue... impresionante. No esperaba que lucharan tan bien.

—El conocimiento básico de combate es parte de nuestra programación —explicó Daniel mientras limpiaba su espada—. Aunque carecemos de la experiencia y técnicas avanzadas que tendría un humanoide militar especializado.

—Pues para carecer de experiencia, lo han hecho increíblemente bien —Carlos no pudo evitar sonreír—. Ahora, vamos a recolectar esos núcleos y cualquier otro material útil.

Los siguientes treinta minutos los dedicaron a procesar los cadáveres de los Hexápodos, extrayendo cuidadosamente núcleos, escamas y glándulas. En total, consiguieron seis núcleos más de energía de baja calidad, un botín considerable para su primera expedición.

—Sistema, ¿cuántos núcleos necesitábamos para las mejoras que queremos hacer?

**[Para mejorar el Área de Dormitorios a nivel 2: 3 Núcleos de Energía de Baja Calidad**

**Para mejorar la Unidad de Creación de Humanoides a nivel 2: 5 Núcleos de Energía de Baja Calidad**

**Total requerido: 8 Núcleos]**

—Y tenemos siete —contó Carlos, sintiéndose satisfecho—. No está mal para nuestra primera salida. Creo que tenemos suficiente metal y madera también. ¿Qué nos falta?

**[Para completar las mejoras aún se requieren:**

**- Biomasa: 20 unidades**

**- Tela de Calidad: 8 unidades**

**- Cristal de Conocimiento: 1 unidad]**

—¿Alguno de esos recursos está cerca?

**[Detectadas posibles fuentes de Biomasa a 1 kilómetro al norte, en un área pantanosa. No se detectan fuentes cercanas de Tela de Calidad o Cristales de Conocimiento en el rango de escaneo actual]**

Carlos miró nuevamente la posición del sol, calculando el tiempo disponible.

—El pantano tendrá que esperar hasta mañana —decidió—. Regresemos a la base con lo que tenemos. Ya hemos logrado bastante por hoy.

Cargando con su botín de madera, metal, núcleos y partes de criaturas, el grupo inició el camino de regreso. Carlos caminaba ahora con la espalda más erguida, sintiéndose un poco más confiado que cuando habían salido. Tal vez no era un guerrero, pero había sobrevivido a su primera batalla en Gaia. Y con cada núcleo recolectado, con cada recurso obtenido, su base se fortalecería.

Cuando la estructura metálica de la Base Umbrella apareció entre los árboles, Carlos sintió una extraña sensación de alivio y pertenencia. En menos de un día, ese lugar ya se había convertido en su hogar.

—Sistema —llamó mientras se acercaban a la entrada—, ¿puedes escanear la base? ¿Cómo están Lucía y Elena?

**[Escaneo completado. Las unidades humanoides Lucía y Elena han organizado el Área de Dormitorios según parámetros óptimos de eficiencia. También han iniciado limpieza y organización de áreas comunes]**

Carlos sonrió. Su pequeño equipo estaba funcionando perfectamente.

La puerta de la base se abrió automáticamente al acercarse, revelando a Lucía esperándolos en el vestíbulo. Su expresión neutra se iluminó ligeramente al verlos regresar.

—Bienvenido, Administrador —saludó con una pequeña reverencia—. ¿La expedición fue exitosa?

—Muy exitosa —confirmó Carlos, mostrando uno de los núcleos—. Conseguimos casi todo lo que necesitábamos para las primeras mejoras.

Elena apareció desde el pasillo que llevaba a los dormitorios.

—Hemos preparado un área de almacenamiento temporal para los recursos —informó—. También hemos encontrado algunos suministros de comida en la enfermería. La cena estará lista en treinta minutos.

Carlos parpadeó sorprendido. No había considerado aspectos tan básicos como la alimentación, concentrado como estaba en la supervivencia inmediata y las mejoras.

—Gracias, Elena. Eso es... muy considerado.

Mientras Miguel, Daniel y Alejandro llevaban los recursos al área de almacenamiento designada, Carlos se dirigió a la Sala de Control para depositar los núcleos en la Unidad de Procesamiento Energético. Observó con satisfacción cómo el indicador de energía subía del 50% al 78% tras procesar los siete núcleos.

—Sistema, ¿cuáles son las prioridades para mañana?

**[Análisis de recursos y objetivos sugiere la siguiente prioridad:**

**1. Obtener Biomasa del área pantanosa para completar la mejora de la Unidad de Creación**

**2. Crear humanoides especializados una vez mejorada la unidad**

**3. Iniciar búsqueda de Tela de Calidad y Cristal de Conocimiento**

**4. Explorar en un radio más amplio para identificar recursos adicionales y posibles amenazas]**

Carlos asintió, satisfecho con el plan.

—¿Alguna información sobre ese Cristal de Conocimiento? Suena importante.

**[Los Cristales de Conocimiento son objetos raros en Gaia que contienen información concentrada y energía mental. Suelen encontrarse en ruinas antiguas, en posesión de criaturas inteligentes, o como recompensa por completar ciertos desafíos. Son esenciales para mejoras relacionadas con tecnología y conocimiento]**

—Ruinas antiguas —murmuró Carlos—. ¿Hay alguna en los alrededores?

**[Se detectan anomalías estructurales a 5 kilómetros al este que podrían ser ruinas. Se requiere exploración para confirmar]**

Una expedición de 10 kilómetros ida y vuelta sería demasiado para un solo día, especialmente si tenían que explorar ruinas potencialmente peligrosas. Necesitaría un equipo más grande y mejor preparado.

El sonido de pasos lo sacó de sus pensamientos. Elena había aparecido en la entrada de la Sala de Control.

—La cena está lista, Administrador —anunció—. Hemos preparado una comida con los suministros disponibles.

—Gracias, Elena. Voy enseguida.

Carlos dio un último vistazo a los datos en las pantallas holográficas antes de seguir a Elena hacia lo que parecía ser un comedor improvisado que las dos mujeres habían organizado en una esquina de la sala común. Una mesa simple con seis sillas rodeaba lo que parecía ser una olla con un guiso humeante. El aroma era extraño pero no desagradable.

Los cinco humanoides ya estaban sentados, esperando que Carlos tomara su lugar. Cuando se sentó, Elena sirvió porciones para todos, incluyendo a los propios humanoides.

—¿Ustedes también comen? —preguntó Carlos, sorprendido.

—Nuestros cuerpos requieren sustento, aunque nuestras necesidades calóricas son menores que las de un humano natural —explicó Lucía mientras tomaba su cuchara—. El sistema de la base incluye suplementos nutricionales básicos que pueden ser preparados como alimentos.

Carlos probó un bocado del guiso. Tenía un sabor extraño, reminiscente de una mezcla entre carne y champiñones, pero era perfectamente comestible e incluso agradable a su manera.

Mientras cenaban, Carlos observó a sus cinco compañeros. A pesar de haber sido creados apenas ese día, mostraban signos sutiles de individualidad emergente. Miguel mantenía una postura ligeramente más rígida, casi militar. Daniel parecía más relajado, incluso sonriendo ocasionalmente. Alejandro era el más silencioso, observando todo con atención. Lucía mostraba una eficiencia práctica en cada movimiento, mientras que Elena tenía gestos más suaves, casi delicados.

—Quiero agradecerles a todos —dijo Carlos finalmente—. Sé que apenas llevan unas horas... existiendo, pero han sido invaluables hoy. Sin ustedes, no habría conseguido nada de lo que logramos.

Los cinco lo miraron con expresiones que iban desde la sorpresa hasta algo que casi parecía gratitud.

—Es nuestro propósito, Administrador —respondió Miguel, aunque su tono llevaba un matiz de algo más complejo que simple programación.

—Carlos —corrigió él—. Pueden llamarme Carlos.

Un breve silencio siguió a esta declaración, como si los humanoides estuvieran procesando esta nueva dinámica.

—Carlos —repitió Lucía, probando cómo sonaba el nombre—. Gracias por crearnos.

Algo en la simple sinceridad de esas palabras tocó profundamente a Carlos. Estos seres, aunque artificiales en origen, estaban desarrollando rápidamente personalidades propias. No eran simples herramientas; eran personas a su manera.

—Mañana será un día importante —continuó, sintiendo un nudo en la garganta—. Necesitaremos conseguir más recursos para mejorar la base. Si logramos mejorar la Unidad de Creación, podremos tener especialistas: médicos, científicos, soldados... Pero más importante aún, necesitamos encontrar nuestro lugar en este mundo.

—¿Cuál es nuestro objetivo final? —preguntó Daniel, expresando una curiosidad que parecía ir más allá de la simple programación.

Carlos consideró la pregunta. No había pensado realmente más allá de la supervivencia inmediata.

—Construir algo que dure —respondió finalmente—. Un refugio, no solo para nosotros, sino para otros que lo necesiten. No sé qué pasó con la Tierra, ni por qué estamos todos aquí en Gaia, pero sé que hay millones de personas como yo, trasladadas a un mundo que no comprenden, sin las herramientas para sobrevivir. Si podemos crear un lugar seguro, tal vez podamos ayudar a otros.

Los humanoides asintieron, aparentemente satisfechos con esta visión.

Después de la cena, Carlos se retiró a su dormitorio, un pequeño cubículo privado que Lucía y Elena habían preparado para él. Mientras se recostaba en la cama, sintió el peso del día caer sobre sus hombros. Había pasado de ser un oficinista común en Lima a convertirse en el líder de una pequeña comunidad en un mundo fantástico, todo en menos de 24 horas.

—Sistema —murmuró, casi quedándose dormido—, ¿crees que sobreviviremos aquí?

**[Análisis de variables actuales y proyecciones basadas en el rendimiento del día sugieren una probabilidad de supervivencia de 73.4% y creciendo]**

Carlos sonrió débilmente.

—Nada mal para el primer día —murmuró antes de caer en un profundo sueño, soñando con bosques de árboles plateados, criaturas de seis patas, y una base que crecía hasta convertirse en una ciudad brillante bajo el extraño sol de Gaia.

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