Capítulo 37: Enseñanza_y_Verdades
Parte 1.
―Entonces, ¿qué hay de eso?
―Un semáforo. Regula el tráfico de vehículos y peatones.
Tohka arqueó una ceja y preguntó:
―¿Vehículos?
Un rugido metálico respondió por él. Sus ojos rosados siguieron al auto que avanzaba, sus faros brillando como ojos de bestia.
—¿Un humano controla ese artefacto?
—Sí. Lo llamamos "conducir".
—¿Una armadura móvil, entonces?
Kamijou se rascó la nuca.
—Más bien un caballo mecánico. En una hora recorre lo que un humano caminaría en un día. Cruzamos desiertos sin sed, montañas sin agotarnos.
—Hmph. —Tohka frunció el ceño—. ¿Por qué siento que me subestimas?
—Solo trataba de simplificar la explicación. Para ser preciso, es un "auto". Usa combustible para moverse.
—¿Y si el conductor pierde el control?
Kamijou tragó saliva.
—Por eso existen reglas. Límites de velocidad, señales...
—Qué frágil es vuestro sistema. Máquinas gigantes obedeciendo a humanos diminutos... pero capaces de matarlos por error.
—Nada es perfecto. Hace siglos nada de esto existía. Lo imposible se vuelve posible cuando nos negamos a aceptar esos límites.
Tohka observó el flujo de peatones, el semáforo cambiando a verde.
—Qué absurdo.
—Y sin embargo... —Kamijou sonrió—, un humano como yo te desafié, ¿no?
La chica lo miró, molesta por su atrevimiento.
―Eso es... diferente.
―No importa. Me alegra que hayas venido conmigo.
―...
Tohka no respondió. Observó en silencio el creciente flujo de personas que pasaban a su alrededor.
Pasados unos segundos, murmuró con voz baja:
―¿Esta es la vida humana? Qué aburrida.
―Espera, ni siquiera hemos visto todo el lugar.
El chico alcanzó a escuchar a la chica y dijo eso.
Pero la chica agarró su camisa cerca de su cuello y, con una voz impaciente, elevó el tono.
―Entonces muévete. Eres demasiado lento.
―Um… oye.
Kamijou intentó replicar, pero ella ya lo había soltado y se adelantaba sin mirar atrás.
―¡Oye, espera un segundo…!
Apresuró el paso tanto como sus muletas se lo permitían. Cada movimiento exigía un esfuerzo extra, y su equilibrio empezaba a fallar.
La chica siguió caminando sin girarse, completamente indiferente.
―¡Estoy haciendo lo que puedo!
―¡Patético!
―¡Podrías al menos esperarme! ¡Tú misma dijiste que este lugar era aburrido! No voy a dejarte sola. No conoces este mundo y podrías meterte en problemas.
Ella se encogió de hombros, restándole importancia a sus palabras.
―Si eso pasa, simplemente me desharé de lo que no me guste.
Un escalofrío recorrió la espalda de Kamijou. Su tono despreocupado era inquietante.
―Por favor… no hagas eso.
―¿Por qué no?
―Porque no puedes destruir lo que no te gusta. Las cosas no funcionan así.
La chica se detuvo, cruzó los brazos y le lanzó una mirada desdeñosa.
―¿Y qué sugieres, humano? ¿Qué me quede quieta y acepte lo que sea?
―No. Te propongo que aprendas a vivir aquí sin causar un desastre. Ese fue el trato, ¿lo recuerdas?
―Hmph. Solo mientras las cosas no vayan en nuestra contra.
―Y si eso pasa, no tendré otra opción que detenerte.
Ella lo miró con diversión, como si la amenaza le resultara cómica.
―Ah, sí. Ni siquiera puedes caminar bien.
―No importa. No voy a dejar que algo tan insignificante me detenga. Solo tengo que obligar a mi cuerpo a seguir adelante.
Kamijou hablaba con la misma determinación que ella había visto desde su primer encuentro.
―O eres valiente... o demasiado tonto para considerar lo que haces.
―Quizá un poco de ambas cosas. Pero no soy tan tonto como para rechazar una buena comida. ¿Qué dices? ¿Te animas a comer algo?
La chica parpadeó, sorprendida por el cambio repentino de tema. La tensión del momento se desvaneció como si nunca hubiera existido.
―¿Comer? ¿En serio crees que voy a…?
―Sí. Vamos. Después de todo esto, ¿qué tal un descanso? Conozco un restaurante cerca. Ya tuviste suficiente tiempo para insultarme, ahora es mi turno de invitarte a algo más… sabroso.
―Mu. No es como si tuviera algo mejor que hacer.
―Eso fue rápido. Esperaba un poco más de resistencia.
―Tú… no malinterpretes las cosas. Solo voy para comprobar si la comida de este mundo es tan impresionante como presumes.
Kamijou rió suavemente.
―Oh, claro, claro. No es que tengas la necesidad de comer, ¿verdad? Eres un Espíritu, a diferencia de un humano como yo.
―...
La chica le lanzó una mirada afilada, pero él solo apretó los dientes.
Una gota de sudor pasó por su mejilla mientras caminaba con sus muletas.
Parte 2.
Un hombre se encontraba de pie junto al puesto principal de la nave Fraxinus.
Al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, se giró de inmediato.
De pelo largo que le llegaba a la espalda, un rostro que no era tan profundo como el de los japoneses. Era un personaje típico de un manga shōjo.
Era Kannazuki Kyouhei, el vicecomandante de la aeronave Fraxinus y, al mismo tiempo, el segundo al mando de la división de combate activo. Con Kotori en cuarentena, él asumió el mando del Fraxinus en su ausencia.
—La Oficial de Análisis Murasame Reine te envió hacia mí.
—Sí, esto… quiero ver a…
Shido no terminó de hablar cuando Kannazuki hizo un gesto con su mano en su barbilla.
—Takamiya Mana, ¿verdad?
—Si.
Shido asintió con la cabeza, Kannazuki continuó con una sonrisa satisfecha.
—Todos hicieron un buen trabajo allá abajo, deteniendo a "Dark Princess" y recuperando a Kamijou Touma de DEM... Bueno entonces, vayamos directamente a la sala de recuperación de Mana. Te contaré los detalles después.
Diciendo eso, Kannazuki caminó pasando detrás de Shido.
—Sígueme.
—Oh... sí, está bien.
Después de caminar unos minutos, Kannazuki y Shido se detuvieron frente a una puerta metálica.
Kannazuki introdujo una contraseña en la pequeña pantalla junto a la entrada. Con un suave zumbido, la puerta se elevó, revelando una sala iluminada por una luces azules.
Lo primero que llamó la atención fueron las múltiples pantallas que proyectaban signos vitales y ondas cerebrales, mientras el pitido rítmico de las máquinas llenaba el aire con una frialdad clínica.
En el centro de la habitación, sobre una cama metálica, yacía Takamiya Mana. Su piel pálida contrastaba con la maraña de cables y tubos que la mantenían con vida.
Kannazuki avanzó y cruzó los brazos, observando los monitores.
—No ha cambiado nada. Los signos vitales siguen estables, pero no hay indicios de que despierte pronto.
Shido se acercó y observó el rostro de Takamiya Mana.
Aunque ya sabía la verdad gracias a la prueba de ADN que Mana era su hermana menor, aún le resultaba imposible recordar algo de ella.
Según la información que le proporcionó Reine, Takamiya Mana había sido una maga de DEM, la organización enemiga de Ratatoskr. Había trabajado para el AST, cazando al Espíritu Nightmare, Tokisaki Kurumi. Pero tras la desaparición temporal de Kurumi, Mana regresó a DEM... hasta que algo inesperado la obligó a traicionar a la organización para proteger a Shido.
—¿Cuánto tiempo… seguirá así?
Kannazuki suspiró y dijo.
—Si todo sale bien, 2 meses.
—¿Quieres decir que su estado podría empeorar?
—Es una posibilidad. No es una herida común… Su cerebro sufrió un daño considerable por el uso excesivo del Territorio. Su recuperación podría prolongarse o, en el peor de los casos, podría quedar en estado vegetal por un tiempo indefinido.
Shido apretó el puño derecho y soltó su voz débil.
—¿Por qué...?
—Haremos todo lo posible por ayudarla. Pero hay algo más que debes saber.
Shido levantó la vista de inmediato.
—¿Qué pasa?
—Tu compañera de clase, Tobiichi Origami, también estuvo en la pelea.
—¿Origami…?
El nombre de Origami lo sacudió como un golpe inesperado.
Si Origami había estado involucrada, entonces la situación fue mucho más caótica de lo que imaginaba.
Pero... ¿Qué hacía ella en ese lugar?
Ante la incógnita de la mente de Shido, Kannazuki siguió hablando.
—Ella se encontraba fuera de la Torre Neo Tenguu, donde se llevaba a cabo la inauguración. Su misión era evitar que las fuerzas de DEM irrumpieran en el evento. Logró ganar algo de tiempo, pero finalmente fue superada por la cantidad de Bandersnatch y magas enemigas.
Shido entrecerró los ojos.
—¿Bandersnatch? ¿Esos robots metálicos?
—Sí, un modelo de robot humanoide equipado con un Realizador. Son armas letales capaces de abrumar a todo un escuadrón de magos experimentados. Lo peor es que DEM puede fabricar cientos, si no miles, de ellos sin dificultad.
Sintió un frío intenso bajar por su columna, como si un presentimiento oscuro lo envolviera.
Sabía que Origami era fuerte, pero enfrentarse sola a una horda de enemigos sin apoyo alguno era una locura incluso para una de las mejores magas de Japón.
—¿Ella está bien?
—Sí. Logré rescatarla cuando colapsó por el uso excesivo de su Territorio. Pero… eso no la detuvo.
—¿Qué quieres decir?
—A pesar de estar al borde del colapso, volvió a la batalla horas después. Y no solo eso… se atrevió a enfrentar a Ellen Mira Mathers después de haber ayudado a Takamiya Mana.
Ellen Mira Mathers, la maga más fuerte de DEM.
Shido sintió una punzada en el pecho al escuchar eso.
—Origami es talentosa, pero enfrentarse a dos magas de DEM, una de ellas Ellen… eso es... Suicida... Tiene una determinación increíble, pero hay límites que ni siquiera ella puede superar.
—¿Está viva, cierto?
—Si. Sobrevivió gracias a sus compañeras de la AST. Lo más probable es que esté en el hospital militar de la JSDF, recibiendo tratamiento.
Shido se quedó en silencio unos segundos antes de hablar.
—Kannazuki… ¿puedes darme la dirección?
—Hospital Tenguu de la JSDF.
Kannazuki respondió con calma y, al mismo tiempo, apoyó una mano en el hombro de Shido.
—He oído que también te esforzaste bastante. Hiciste todo lo que pudiste… ahora tómate un breve descanso. Te avisaremos si hay alguna novedad.
—Pero… no fue suficiente —murmuró Shido, con la voz quebrada.
En ese instante...
Algo más llamó su atención.
—Espera… ¿Eres un mago?
—Oh… ¿no lo sabías?
Kannazuki soltó una ligera risa.
—Fui el comandante de la AST antes de unirme a Ratatoskr.
—¿En serio? Debes tener un buen nivel si pudiste ayudar a Origami.
—¿Itsuka Shido?
—¿Sí? ¿Qué pasa?
Shido estaba confundido ante la expresión y el tono de voz de Kannazuki.
—No sabíamos que nuestra comandante era un Espíritu… Fue una sorpresa incluso para nosotros en el puente principal del Fraxinus. Pero, al final, Kotori tomó su decisión. Decidió protegerte hasta agotar su energía… antes de ser derrotada por "Dark Princess".
—Ah.
—Era inevitable. Con el AST o con DEM, tarde o temprano su identidad iba a ser revelada. Pero el precio que pagó… fue su propia estabilidad mental.
—Lo sé… ella no solo estaba luchando con todas sus fuerzas, sino que también trató de matar a Dark Princess. Cualquiera en su lugar se habría horrorizado al ver ese desenlace… pero…
Shido hizo una pausa, tomando aire.
—Me alivia que no haya llegado a hacerlo.
Kannazuki lo observó en silencio por un instante antes de hablar con voz más baja.
—Ella no debería cargar con esa culpa… así que si alguna vez llega a cruzar esa línea…
Shido levantó la vista y sus miradas se encontraron.
—Por favor… detenla, Shido.
—...
Shido no respondió de inmediato, pero su determinación se reflejaba en sus ojos.
Finalmente, asintió en silencio antes de desviar la mirada hacia Mana.
—Tengo que irme. Espero tener la oportunidad de agradecerte por este gesto.
Shido cerró los ojos por un instante, como si pidiera disculpas en silencio, antes de abrirlos nuevamente. Sin decir más, se giró hacia la puerta y comenzó a caminar.
—Shin...
Apenas cruzó el umbral, una voz monótona llegó y se detuvo en seco. A su lado, de pie en el pasillo, estaba una mujer de cabello plateado, con su habitual expresión adormilada.
—Murasame Reine…
—¿Ya viste a Mana?
Shido parpadeó al escuchar la pregunta.
—Sí… acabo de verla. Sigue inconsciente. Pero está estable.
—No te preocupes, Mana se recuperará.
Reine inclinó un poco la cabeza, y preguntó.
—Tienes algo que hacer, ¿cierto?
Shido asintió al escuchar esa pregunta.
Parte 3.
—Te alimentaré. Abre la boca... o abriré un agujero en tu cara.
—¡¿Qué demonios?! ¡¿Cómo llegamos a esto?!
Dentro del ambiente rústico de cierto restaurante, se encontraba una aparente pareja de estudiantes de segundo año de preparatoria. Kamijou Touma estaba sentado al costado de cierta chica de cabello púrpura que era esta versión de Tohka.
Tenía una blusa negra de manga larga, ajustada a su figura, y una falda azul corta con botones metálicos al frente. Las medias negras translúcidas que cubrían sus piernas completaban un conjunto que, junto a su belleza, atraía más de una mirada.
Pero en ese instante, algo cambió.
—¡Deja esa cosa atrás! ¡Puedo comer por mí mismo!
—Quédate quieto.
La chica estaba tomando con fuerza la cabeza de Kamijou mientras la cuchara se acercaba.
Justo entonces, su mirada se desvió hacia otra mesa cercana. A unas mesas de distancia, una pareja parecía estar en la misma situación, pero con una diferencia clave: la chica tenía una expresión dulce y tímida mientras le ofrecía comida a su acompañante, quien aceptaba con una leve sonrisa avergonzada.
—¿Qué pasa...?
Al ver que la chica miraba algo, Kamijou Touma giró su mirada en esa dirección con curiosidad.
—Así que así es como se hace...
—¿Eh? Espera, ¿qué—?
Antes de llegar a este punto, Kamijou había tomado el menú y ordenó un "Katsu Curry". La chica, por su parte, hojeó el menú durante varios minutos, pero al final no pidió nada.
Pero ahora... La expresión de la chica se suavizó. Levantó la cuchara con un pedazo de pollo cubierto con salsa, mirándolo con una dulzura que parecía falsa.
—Vamos. Solo ábrela un poquito… sí, así…
—¡Tú no eres así! ¡No puedes simplemente copiar a esa pareja!
La cuchara se acercó peligrosamente.
—Abre.
Kamijou tragó saliva. Pensó por un momento en escapar, pero sabía que eso sería un escándalo y complicaría aún más la situación, especialmente con la cuenta pendiente.
Mientras tanto, la otra pareja sonreía, disfrutando de su momento romántico.
—¡No necesito ser alimentado como un bebé!
—¿Qué prefieres? ¿El curry… o el agujero en la cara?
—¡Espera! ¡¿Dónde quedó esa falsa dulzura?!
Un leve plop. Una gota de salsa cayó sobre la falda de Tohka, y ambos se quedaron en silencio
—Tú...
—¡Es solo un poco de salsa! ¡Toma una servilleta!
La chica lo miró por un momento, luego tomó la servilleta y se limpió tranquilamente.
Kamijou soltó un leve suspiro de alivio.
—Creo que con esto basta.
—Qué bueno.
—No te preocupes. No haré nada… por ahora.
Al escuchar eso, Kamijou sintió un escalofrío recorrer su espalda.
¿Podría considerar esto como una amenaza? Lo cierto es que no estaba preparado para enfrentar de nuevo a esta chica que podía destruir una montaña con un movimiento de mano.
La chica suspiró.
—No trates de enfadarme. Así que...
Y volvió a levantar la cuchara con el curry y un trozo de pollo que descansaba en la punta.
Kamijou la miró con desconfianza.
—Otra vez con eso…
—¡Abre tu boca! ¡No voy a tratar de ahogarte!
—¡Me siento desconfiado después de escuchar eso!
Kamijou abrió la boca y dejó que la cuchara entrara. El sabor del curry y el pollo era excelente, pero no pudo disfrutarlo por completo. No con esa mirada fija sobre él, intensa y ligeramente burlona.
Ella retiró la cuchara lentamente, como una actriz en medio de una escena dramática.
—Vaya. Eres un perro obediente.
—¡No soy un perro!
Kamijou bufó y se limpió los labios con una servilleta.
—Con esa actitud… quizá te falte una correa.
—¡¿Qué clase de pensamiento es ese?! ¡¿Y por qué lo dices con esa cara tan tranquila?!
—Solo digo... si algo se comporta como un perro, responde como un perro y necesita que lo alimenten como un perro, entonces...
—¡No completes esa oración! ¡Estás malinterpretando todo!
—¿Malinterpretando? Hmm... —Tohka colocó la cuchara sobre el borde del plato y apoyó un codo en la mesa, dejando que su barbilla descansara en la palma de su mano—. ¿Entonces por qué no me detuviste antes? ¿Acaso te gusta que te alimenten?
—¡Eso no es justo! ¡Me amenazaste con abrirme un agujero en la cara!
—Lo importante es que lo hiciste. Obedeciste.
—¿Y qué? Solo hice caso a tu capricho, pero eso no importa. Ahora decide, ¿qué plato vas a pedir? Tohka solía pedir más de un plato, ¿recuerdas?
—No me compares con ella. Está bien, humano. Pásame la carta del menú.
—De acuerdo. Elige algo y terminemos esto.
Esta chica tan similar a Tohka recibió la carta del menú y volvió a leer su contenido.
—Hm… ¿Onigiri? Quiero esto.
—No es un plato tan costoso, puedes pedirlo.
—Y esto... Parfait de matcha con helado y frutas.
—¡Eso ni siquiera es un plato principal! ¡¿Quieres empezar por el postre?!
—¿Y? ¿Está mal?
—Para nada.
—¿Ramen?
Después de cinco minutos, el pedido de la chica llegó a la mesa.
Sin embargo, algo más pasó.
Kamijou miró, atónito, la cantidad de platos que ahora ocupaban la mesa. Lo que comenzó con un "no tengo hambre" se había convertido en una degustación completa del menú.
—¿Planeas alimentar a todo el restaurante o solo estás tratando de arruinar mi billetera?
—Tú dijiste que podía pedir lo que quisiera.
—¡Sí, pero no pensé que lo tomarías como un desafío personal!
Tohka ignoró sus protestas mientras tomaba un bocado del Parfait de matcha. Sus ojos brillaron un momento al sentir el contraste entre el amargor del té verde y la dulzura del helado.
Era una expresión sincera… por primera vez en todo ese almuerzo.
—Hmpf. No está mal.
Después de terminar el postre, volvió su mirada hacia el ramen humeante, que emitía un aroma tentador.
Kamijou ya había terminado su plato, así que solo tenía que esperar a que ella terminara con todo lo que había pedido. En realidad, esto no era tan diferente del Espíritu "Princess".
—¿No vas a comer algo más, humano?
—No. Estoy completamente satisfecho.
Después de un rato, la chica probó los fideos con una expresión sorprendida.
—Esto... ¿Qué es esta sensación?
—Es lo que siente una persona cuando prueba algo nuevo. Tú misma lo dijiste... Un Espíritu no tiene necesidad de comer, pero eso no te impide experimentar los sabores. ¿Qué pasa? ¿Te enamoraste de un plato tan ordinario, princesa?
—¿Por qué sentí una rara sensación cuando me llamaste "princesa"?
—Estoy un poco feliz de que no seas tan diferente.
—Este mundo tiene algunas cosas interesantes. La comida es una de ellas.
—Me alegra que te guste.
—Y tú eres mi mascota.
—¡Rechazo! ¡No pienso aceptar ese tipo de relación contigo! ¡No me agrada que me llames "humano" como si fuéramos de clases distintas, como si tú fueras un dios!
Kamijou frunció el ceño y tocó su pecho con la palma de la mano.
—¡Tengo nombre! ¡Kamijou! ¡Kamijou Touma!
—Lo sé, Touma.
El silencio llenó la mesa durante los siguientes cinco minutos. Solo el sonido de los cubiertos y el murmullo del restaurante los acompañaba.
Finalmente, Kamijou rompió el silencio.
—Es hora de irnos.
La chica asintió y se levantó. Poco después, el camarero llegó con la boleta. Kamijou pagó sin mirar a la chica, luego guardó el cambio mientras la observaba por un segundo... antes de desviar la mirada con un suspiro.
—De verdad… ¿cómo terminé en esta cita?
—¿Cita?
En ese momento, el cuerpo de Kamijou se congeló.
(Mierda. Me dejé llevar y lo dije en voz alta.)
No había tiempo para arrepentimientos cuando la chica preguntó, con voz baja y suavemente intrigada.
—Entonces, ¿esto es una cita?
Una sonrisa ligera apareció en el rostro de Kamijou, pero desapareció rápidamente cuando respondió.
—¡N-no, no! ¡Fue un error! ¡Un lapsus! ¡Un desliz mental provocado por el estrés!
La chica no se inmutó. Su mirada se clavó en la de él, profunda y tranquila.
—Mmm… Bueno, siento que ya lo he escuchado antes.
—Por favor, vámonos de aquí.
Parte 4.
Hospital Tenguu de la JSDF.
Después de entrar por la puerta, Shido caminó hasta el mostrador de recepción.
―Disculpe...
―¿Cómo está, es su primera vez aquí? Normalmente usted requeriría una recomendación.
Cuando Shido comenzó una conversación, la recepcionista le habló.
―Ah, no. He venido de visita. ¿Puedo preguntar dónde está la habitación en la que se encuentra actualmente Tobiichi Origami?
―¿Tobiichi-san? ¿Puedo preguntarle si es usted un familiar?
―Umm... se puede decir que es...
Shido murmuró entre dientes mientras pensaba.
Tobiichi Origami era, según ella misma, la "novia" de Shido... ¿Debería aceptar ese papel? Al fin y al cabo, todo había comenzado como parte del entrenamiento de Ratatoskr para mejorar sus habilidades comunicativas con las chicas.
―... mi novia.
―Ah, entonces... por favor espere un momento.
La recepcionista comenzó a manipular la computadora con manos expertas.
Después de varios segundos, abrió los ojos y miró a Shido de nuevo.
―Tobiichi Origami se encuentra estable. No hay de qué preocuparse, eh...
Y entonces…en ese instante.
―¿...Shido?
Desde la espalda de Shido, una voz familiar lo llamó. Dándose la vuelta con asombro, vio allí a una chica con una bata de paciente, apoyada en un soporte de intravenosas.
―¿Origami?
Eso es correcto. Su compañera de clases Tobiichi Origami estaba justo allí.
Pelo largo extendiéndose hasta sus hombros, una chica con un rostro de muñeca muy atractivo. Su frente estaba envuelta en vendas, tenía vendas pegadas sobre sus delgados miembros.
Origami miró la cara de Shido, soltando un suspiro de alivio. A pesar de no tener ningún cambio de expresión, se sentía como si finalmente se hubiera relajado.
―¿Estás bien?
―...Nn, nn.
Cómo decirlo, al tener a alguien preguntando directamente y preocupándose por él, se sintió un poco avergonzado. Se rascó la cara y se volvió a un lado.
Sin embargo, ella siguió observando el rostro de Shido, sin dejar de hablar.
―¿Qué paso con Kamijou Touma?
―¿¡…!?
Él se sorprendió al escuchar esa pregunta de Origami.
Era comprensible. Touma y Origami habían convivido un tiempo en el mismo departamento. Era normal que ella mostrara cierta preocupación por ese chico.
Sin embargo, era la primera vez que veía que Origami se preocupaba por otra persona.
―Nn, Touma se encuentra en recuperación, pero...
―Probablemente ya haya salido del hospital.
―¿Eh? Um, sí.
―Es fuerte.
Origami suspiró, como si estuviera decepcionada de sí misma. Luego continuó:
―No tengo todos los detalles, pero puedo suponer que fue él quien se encargó del Espíritu de forma inversa.
―Si. Eso pasó.
―¿Acabó con la vida del Espíritu?
Shido sintió una incomodidad inmediata al escuchar esa pregunta.
―Podríamos hablar de otra cosa.
―Tienes razón.
Por un instante, Origami soltó un leve sonido con los labios, algo parecido a un "tsk".
―Bueno... ¿puedo preguntar por qué estás aquí?
―Estaba haciendo ejercicio, y también quería preguntar por Mana.
―Nn... Entiendo, pero Mana no se encuentra aquí.
―¿Qué? Pensé que solo ibas a visitar a Mana, pero me sorprende que ella no estuviera aquí.
―Eso no es cierto. Vine para visitarte, Origami.
—Gracias.
La expresión de Origami apenas cambió, como de costumbre. Pero si uno prestaba suficiente atención, podía notar una leve sonrisa asomando en sus labios.
—Pero quiero que me lleves a mi habitación.
―Um...
―No dijiste que ibas a visitarme. Entonces, acompáñame de regreso.
―Ya lo entendí.
Shido asintió en señal de rendición.
―Entonces…puedes caminar por tu cuenta, ¿Origami?
―Es difícil.
―¿En serio? Entonces espérame. Voy a pedir prestada una silla de ruedas.
Después de eso, cuando Shido iba a levantarse, Origami se acercó un poco más hacia Shido y se tiró de una esquina de su ropa.
―Uu, ¿hay algún problema?
―No me gustan las sillas de ruedas.
―¿Eh? ¿Por qué?
―Me voy a marear.
―...
¿Marearse en una silla de ruedas avanzando por el pasillo plano de un hospital? ¿En serio? ¿De qué está hablando exactamente una integrante del AST que se la pasa volando a velocidades absurdas con una Unidad-CR?
Aunque tenía mil preguntas en la punta de la lengua, Shido optó por dejarlas pasar por ahora.
―¿Entonces qué debería hacer?
―Cárgame.
―¿Haa?
—Cárgame.
—Eso es...
—Cárgame.
Shido suspiró.
—...Está bien.
Al darse cuenta de que resistirse era inútil, Shido se giró y le ofreció la espalda.
En un instante, Origami se incorporó ligeramente y se presionó contra él.
Tal vez podía ser un poco más amable. Después de todo, el cuerpo de Origami había resultado dañado tras el combate contra Ellen.
―Uu...
―¿Origami? ¿Creo que estás utilizando demasiada fuerza?
―Nada de eso.
Diciendo eso, Origami se aferró con más fuerza. Sus pechos, cubiertos apenas por una fina bata de hospital, se presionaron con firmeza contra la espalda de Shido.
―Uu, ugh…
Desde un punto de vista objetivo, el desarrollo físico de Origami no era especialmente llamativo… pero su fuerza al sujetarse era sorprendente.
Shido, con el rostro completamente encendido, sintió cómo el calor le subía por las mejillas. En un intento por mantenerse sereno y alejar los pensamientos indebidos, sacudió la cabeza con desesperación mientras empujaba el soporte de la intravenosa conectado a la muñeca de Origami.
—Entonces... Origami, ¿dónde está tu habitación?
—Edificio oeste. Tercer piso. Habitación 305.
—Entendido.
Shido asintió y comenzó a caminar, empujando el soporte de la intravenosa con una mano.
Siguió las señales, avanzando por el pasillo que conectaba el edificio central con el edificio oeste.
Hasta que…
―¿¡Waaah!?
Cuando estaban por llegar al pasillo de conexión, Shido soltó un grito agudo.
Los dedos de Origami se movían erráticamente, moviéndose alrededor del cuerpo de Shido como si trataran de lamer todo su cuerpo.
―Ori-Origami. Hace cosquillas...
―¿En serio?
Dicho eso, los dedos de Origami finalmente se detuvieron.
Shido exhaló un suspiro de alivio y retomó la marcha.
Al llegar al edificio oeste, tomaron el ascensor hasta el tercer piso y caminaron según las indicaciones de Origami.
Un poco después, sintió algo en su nuca.
Sin embargo, los brazos de Origami seguían firmemente envueltos alrededor de su cuello.
Shido frunció el ceño. Había algo extraño… y no tardó en descubrir la razón. Acompañando con el sonido de una respiración, había una sensación de alguien respirando en su cuello.
―¿¡Origami...!?
―Hu–Ha–Hu–Ha–
―Espera un momento...
―Hu–Ha–Hu–Ha–
―Hey, oye.
Con una expresión confusa, giró la cabeza. Sin embargo…
―¿¡Hyi!?
En ese instante, sintió algo inesperado en su nuca. Shido no pudo evitar dar un pequeño salto.
Aunque Origami no estaba moviendo sus manos, la columna de Shido se sentía como si estuviera siendo acariciada, tenía una sensación de cosquilleo.
(¿¡Qué!? ¿¡Qué me acaba de hacer!?)
Finalmente, logrando calmar el caos en su cabeza, Shido corrió hasta la habitación 305 y colocó a Origami sobre la cama.
―...
Después de bajarla con cuidado, Origami se lamió los labios… por alguna razón.
―Haa... Haa...
A pesar de que solo habían recorrido una corta distancia, y que Origami no era especialmente pesada, Shido se sentía anormalmente agotado. Se apoyó en la pared y se tomó un momento para recuperar el aliento.
Tras aproximadamente un minuto, con el pulso finalmente en calma, observó la habitación.
Era una habitación que tenía blanco como su tema principal. En un espacio de unos diez metros cuadrados, estaban acomodados una cama, un gabinete, una televisión y unas sillas, probablemente hubo un visitante antes, el jarrón encima del gabinete tenía flores en él y la canasta tenía manzanas en el interior.
―Este…Entonces, Origami...
―¿Sí?
En ese momento, el estómago de Origami gruñó.
―¿? ¿No has comido?
Origami asintió en respuesta.
―En serio... ¿Debería ayudarte a conseguir una enfermera?
―...
Sin embargo Origami de repente levantó la cabeza, tomando la manzana que estaba en el gabinete.
Y luego, tomando el cuchillo para fruta que también estaba dentro de la canasta, le entregó ambos a Shido.
―Pélala por mí.
―¿Eh? Aaah... bien.
No tenía motivos para rechazar su petición, si solo se trataba de eso. Shido se sentó en un banquillo cercano, aceptó la manzana y el cuchillo para la fruta, colocó la canasta en sus rodillas y comenzó a pelar las manzanas.
Para Shido, quien frecuentemente cocinaba, esta era una tarea muy fácil. Ni siquiera le tomó un minuto cortar la manzana en ocho partes y colocarlas en un plato cercano.
―Muy bien, ¿esto estará bien?
Diciendo eso, le pasó el plato. Sin embargo Origami no pareció satisfecha, movió su cabeza de izquierda a derecha y no extendió su mano hacia el plato.
―¿? ¿Qué pasa, Origami?
―Dame de comer.
―Qué...
Shido dejó de moverse con sus manos todavía atrapadas en la acción de entregar el plato, sus hombros temblaron por un momento. Sin embargo, no podía permanecer tan miserable por más tiempo. Fingiendo una tos, abrió la boca.
―No…Tú puedes hacer por lo menos esto, ¿no?
―Me han dicho que evite actividades extenuantes.
―Espero que sea verdad.
Origami asintió y abrió su boca con un "Ah".
―En serio... Supongo que no tengo otra opción.
Tomó un trozo de manzana con un suspiro y lo acercó a la boca de Origami.
Entonces movió sus cejas como si estuviera realmente sorprendida.
―Si no puedes mover las manos, al menos mueve la boca.
―¡…! ¡Don!
De alguna manera, sintió que sus palabras no habían sido escuchadas. Y fue entonces cuando Origami, de repente, mordió la manzana, interrumpiendo su frase a la fuerza.
Ella lo miró mientras masticaba la mitad del trozo, lo saboreó lentamente y luego lo tragó. Al parecer, quería la otra mitad que seguía en la mano de Shido; su boca se abrió una vez más.
―Uh, aquí tienes.
En el momento en que Shido le acercó el trozo de manzana, Origami lo atrapó con la boca… junto con los dedos de él.
―¿¡Uu!?
Eso superó por completo sus expectativas. Un sonido de sorpresa se le escapó sin querer.
―Ha, haha… ¿eres una cabeza hueca natural?
Shido forzó una débil sonrisa y soltó el trozo en su boca, intentando retirar sus dedos. Pero, justo en ese instante, la muñeca de Shido fue sujetada con fuerza.
—¿Eh...? ¿¡Eehh!?
―...
Ignorando los gritos de sorpresa, Origami sostuvo su muñeca con firmeza y comenzó a lamerle los dedos.
—¡Hey, oye, Origami! No, espera, en serio… ¿¡Origami-san!?
Shido gritó con una voz aguda, sus manos empezaron a agitarse en pánico, escapando finalmente de las manos de Origami. Un hilo brillante de saliva se extendía entre los dedos de Shido y los labios de Origami.
La escena era tan inesperadamente erótica que su rostro se tiñó de rojo en un instante.
―Gracias por la comida.
Origami se limpió la boca y juntó sus manos, inclinando la cabeza en una reverencia. Shido se limpió las manos con su rostro cubierto completamente de sudor.
―Una última cosa.
―¿Qué pasa?
—A pesar de que ni siquiera pude ver a ese Espíritu ni enfrentarla, tú volviste con vida… ¿En qué estabas pensando? ¿Cómo se te ocurrió actuar así?
—Lo siento.
―Sabía que eso podría pasar por eso decidí actuar, pero mi esfuerzo fue inútil. Por favor, no vuelvas a intentar algo peligroso.
―Uu, está bien.
Shido dijo con algo de mentira en sus palabras.
No podía prometer eso. No, después de que Kotori era un Espíritu.
O incluso si no era eso, él ya se había comprometido en salvar a los Espíritus.
―No soy fuerte.
―¿...?
―No soy fuerte.
Esas palabras se repitieron, y Shido pudo sentir la rabia de Origami.
¿Era este su verdadero sentimiento?
Entonces, Origami soltó una verdad incómoda:
—¡¿Cómo puedo ser tan débil?! ¡Me esforcé tanto! ¡Sometí mi cuerpo a un régimen agotador! Pero... no fue suficiente. Incluso alguien como él resultó más útil.
―...
—En ese momento, antes de que perdiera la conciencia por uno de esos robots mecánicos… fue Kamijou Touma quien lo detuvo, y que era capaz de resistir esa fuerza inmensa que yo no pude superar.
―Origami...
—Gracias a él, todos seguimos con vida.
Shido no pudo negar eso.
Pero Origami continuó, esta vez con una expresión más serena.
—Por eso… no puedo evitar sentirme agradecida. Si hubieras sido asesinado, no podría soportar ese hecho. Me habrían quitado la poca razón para seguir existiendo.
Era como si esa chica no tuviera nada en este mundo.
―¿Eh?
―Cierto, no te dije eso.
―¿Qué cosa?
―La razón por la que odio a los Espíritus.
Cuando escuchó eso, la expresión de Shido parecía haber erizado.
Pero notó que Origami se mordió suavemente el labio mientras continuaba.
―Mis padres fueron asesinados por un Espíritu hace 5 años.
―¿Hace 5 años?
Cuando Shido soltó una voz atónita, Origami asintió levemente y continuo.
―Hace 5 años, en el bloque residencial sur de Ciudad Tenguu, se produjo un incendio a gran escala. ¿Recuerdas eso?
―Eh... creo que sí.
Shido no pudo evitar revelar esos detalles.
Era como si su mente fuera inundada por imágenes borrosas. Hace 5 años, esa era la casa anterior en donde vivía junto a Kotori antes de que ocurriera un gran incendio, eso obligo a que la familia Itsuka se mudara a la casa actual.
―El asunto fue encubierto oficialmente, pero... ese incendio; fue comenzado por un Espíritu.
―Eso...
Shido abrió los ojos por la sorpresa.
―Hace cinco años. Ese Espíritu provocó ese gran incendio en el distrito residencial de Nankou-machi, el Espíritu que quemó a mis padres…Fue, un Espíritu de fuego.
Origami apretó su puño con fuerza.
―¿Ese es el motivo...?
Shido habló en voz baja mientras pensaba.
(No... Tiene que ser una coincidencia... una maldita coincidencia... Kotori no puede... ser la... asesina...)
El Espíritu de fuego, asesinó a los padres de Tobiichi Origami.
¿Era Kotori el único espíritu de fuego?
―Por eso me uní a la AST. Cuando fui seleccionada, cuando obtuve la unidad Realizador, cuando pase a ser de las mejores magas de la AST, estaba segura de que podría tener una oportunidad contra un Espíritu. Pero... esa verdad se quebró. Ni siquiera perfeccionando mis movimientos y habilidades. Todo fue para poder acabar con el criminal. Mi única misión era enfrentar a ese Espíritu de fuego... Matar a "Efreet". He vivido estos cinco años solo para esto. Realmente no me importaba los demás espíritus si eso significa alcanzar ese objetivo... Por eso...
Origami hizo una pausa.
―Considere en no atacar a "Hermit", después de ese incidente.
―Lo entiendo.
Shido asintió la cabeza algo incomodo con esas palabras, pero suspiró.
Pero eso no evitó que se sintiera asustado.
El nombre en clave dado a Kotori como Espíritu era "Efreet".
No hay duda, Kotori era ese Espíritu de fuego.
Hace cinco años. Entonces, sin duda coincidía con lo que Kotori había dicho.
―¿Estás segura de tu descripción?
―Muy segura. No podría olvidar eso... ¿Sabes algo?
Origami inclinó la cabeza. Shido rápidamente movió la cabeza de izquierda a derecha.
―No, no... No es eso.
―¿En serio?
Una vez que Origami dijo eso, ella comenzó a evitar su mirada. Al instante, Shido sintió como si sus hombros perdieran su fuerza como si hubieran sido liberados de sus ataduras. Sin embargo, no pensaba terminar con el tema allí y, tras dudar un momento, empezó a hablar.
―Ori-Origami.
―¿Qué pasa?
―Si no puedes hablar de ello entonces olvídalo...Pero si es posible, ¿al menos podrías hablarme un poco más sobre el Espíritu de hace cinco años? Porque, creo que podría ser capaz de recordar algo con eso.
Cuando Shido dijo eso, Origami pareció estar de acuerdo mientras asentía.
―¿Lo recuerdas?
―Tengo unos detalles, pero no recuerdo del todo.
―Ese día. Estaba volviendo de comprar comestibles...
Origami comenzó su historia con una voz tranquila.
El hecho de que sus padres, que fueron arrojados a ese desastre, estaban vivos originalmente. Sin embargo, el Espíritu apareció y asesinó a sus padres frente a sus ojos. Debido a su conciencia y visión borrosas, no pudo determinar su identidad. No mucho después se enteró de la identidad del Espíritu que fue la causa del desastre…"Efreet".
Ya habían pasado cinco años desde que ocurrió, sin embargo sus palabras no se habían detenido ni una sola vez…Era como, si lo hubiera experimentado ayer.
―…
Después de escuchar hasta el final, el pulso de Shido se aceleró como si estuviera molesto.
(Así es como fue... pero... debe haber algo más... ¡No tiene sentido! ¡Kotori es mi hermana! ¡Es humana! ¡Algo tiene que haber pasado para que ocurriera eso!)
Sin embargo, justo en ese momento.
Una voz llegó.
―"…Este anuncio se realiza para aquellos que siguen de visita. Las horas de visita de hoy han terminado. Todos los que siguen en el hospital, por favor salgan tan pronto como sea posible. Repitiendo de nuevo…"
Un anuncio sonó desde la dirección del pasillo, interrumpiendo el pensamiento de Shido.
―¿Qué pasa?
Origami inclinó la cabeza, deseando oír su pregunta una vez más. Sin embargo, Shido negó con la cabeza con calma.
―No es nada… nada en absoluto. Cuídate, Origami.
Origami asintió con la cabeza en respuesta. Shido rápidamente salió de la habitación antes de que ella pudiera hablarle una vez más.
―…
Trató de no hacer ruido al cerrar la puerta. Se volvió hacia el pasillo y volvió a caminar.
De repente, sus pasos aceleraron sin darse cuenta. Para frenar sus latidos, llevó una mano al pecho; sus zapatos resonaban con cada paso.
Pero...
―¿Quién eres tú?
Shido se detuvo en seco. Sintió una presencia detrás. No era su imaginación.
Al girarse lentamente, la vio: una chica, probablemente de unos catorce años, lo observaba fijamente.
Tenía el pelo rubio, largo y despeinado, cayéndole por debajo de los hombros. Vestía una camiseta negra sin mangas y llevaba una bata blanca colgando de los hombros.
Llevaba unas grandes gafas mecánicas, rojas y negras, sobre la frente. ¿Sería una mecánica? ¿Acaso una menor podía tener ese tipo de trabajo?
―Tú... ¿qué clase de relación tienes con Origami?
Se acercó y Shido no pudo evitar retroceder un paso.
―¿Eres conocida de Tobiichi Origami?
Su voz era aguda, casi infantil, pero sus palabras cortaban como cuchillas. Parecía más una advertencia que una simple pregunta.
―Es una colega.
―Ah... lo entiendo.
―Todavía no respondiste a mi pregunta.
—Ella es una... compañera de clase —dijo Shido, evitando su mirada.
La chica de pelo rubio entrecerró los ojos, como si evaluara cada expresión de su rostro.
―¿Eso es todo?
―Sí... eso es todo. Lo siento, tengo que irme...
―No te creo. Un simple compañero de clases no estaría informado de la salud de Origami-san.
―Bueno... es un poco complicado.
―Complicado...
―Escucha... no vine con malas intenciones. Solo quería saber cómo estaba Origami.
―Eso ya lo dijiste. Mily sospecha de ti. Tu silencio es sospechoso. ¿Acaso tienes algo que ocultar?
Shido alzó las manos, en un intento de calmar la tensión.
―No, no es eso. Solo... vine a visitarla. Lamento que haya pasado por esto.
De repente, una mano tocó el hombro derecho de la chica rubia llamada "Mily".
Era una mujer joven, probablemente de unos veinte años.
Tenía el cabello negro, largo y brillante, recogido en una cola de caballo alta. Unos flequillos, divididos en tres mechones, enmarcaban su rostro. Sus ojos, negros y afilados, daban la impresión de poder ver a través de cualquier mentira. Llevaba una camiseta roja debajo de una camisa blanca de manga larga, con el cuello desabrochado.
Su postura era relajada, pero había algo en ella... una especie de presión invisible que erizaba la piel.
—¿Eres el novio de Origami?
—¡¿Novio?! —Mily se sobresaltó al oír eso y miró a la mujer con desconcierto.
—Sí, es él... Itsuka Shido. ¿Eres estudiante de la preparatoria Raizen?
—Sí —respondió Shido, aún un poco confundido por la situación.
—Ya hablaste con Origami. Creo que no tienes razón para seguir aquí.
Shido asintió lentamente y se preparó para marcharse. Pero antes de que pudiera dar un paso, la mujer volvió a hablar:
—Si de verdad te importa... No la hagas preocupar y no te metas en problemas.
Luego de eso, ambas se giraron para marcharse.
Aunque la mujer parecía obligar a la chica de pelo rubio a seguirla.
―¡Espera! ¡No agarres así a Mily, Capitana!
―¡Silencio! ¡Solo entra!
Después de escuchar eso, Shido se dio la vuelta y siguió caminando.
Cuando salió del hospital, el teléfono celular de Shido sonó.
― Sí... ¿Hola?
―¿Reine?
―…Aaah. ¿Has terminado de visitar a Origami?
―Sí. ¿Hay alguna novedad?
―…Shin, te informó que Kamijou Touma y el Espíritu "Dark Princess" están de camino hacia la residencia Itsuka. Por favor, trata de evitar causar estrés al Espíritu... y... también... sobre Kotori...
―¡…!
El nombre que Reine había mencionado causó que Shido se quedara sin palabras.
―¿¡Le ocurrió algo a Kotori!?
―No, no se trata de eso. La razón de la reunión es para tener una reunión estratégica.
―¿Reunión estratégica?
Shido frunció el ceño cuando preguntó, Reine respondió con un "Ahhh".
―Shin, puede decirse que es muy difícil para ti conquistar a Kotori...Pero en este caso, tienes una ventaja muy grande en comparación a la vez con Kaguya y Yuzuru.
―Ventaja… ¿eh?
―…Aaah. Hay una razón simple de por qué. Kotori no es como los demás Espíritus. No apareció de la nada. El objetivo de nuestra conquista es alguien que ha estado contigo y con nosotros por un tiempo muy largo. Sus pasatiempos, las cosas que le gustan, los lugares que frecuenta, los objetos que quiere. La información que tenemos a la mano es incomparable a la de los otros Espíritus…Mañana comenzará nuestro plan de batalla así que necesito tu apoyo.
―De acuerdo.
―Por lo tanto, he reunido a los miembros de la tripulación que entienden lo que pasó con Kotori, vamos a tener un debate sobre la cita que sucederá en dos días, Shin, tienes que unirte a nosotros.
Eso era evidente. Shido asintió vigorosamente con la cabeza.
―Entiendo. Si puedo contribuir, por favor permíteme ayudar también.
―Gracias por tu ayuda…Entonces "Fraxinus" te recogerá después de preparar la visita de Tohka a la residencia de los Espíritus.
―Sí, lo entiendo…Ah, Reine.
―¿Eh? ¿Ocurre algo?
―Solo…me gustaría preguntar, a pesar de que fue hace cinco años. Kotori…
―…¿Kotori?
Reine preguntó de vuelta. Es solo que Shido reflexionó una vez más en las palabras dichas antes. Podría ser debido a que no pensó bien en las cosas que quería preguntar…O tal vez no estaba seguro de preguntarle a Reine, la subordinada y amiga de Kotori, sobre tal acusación.
―No, no es nada.
―¿…? ¿En serio? Entonces, te veré más tarde.
Parte 5.
Dos horas después de la llamada de Reine al teléfono de Shido.
Al observar la situación en el interior de la residencia de los Espíritus, un edificio especial construida por Ratatoskr tras el incidente de Hermit en Tenguu, Shido se plantó en el centro de la sala.
—¡Escúchenme! ¡Tohka o Dark Princess viene con Touma, y necesitamos prepararnos!
—...
Al oír las palabras de Shido, Yoshino dirigió su mirada hacia la marioneta "Yoshinon".
—...Hmmm, ¿será una nueva rival en el amor para Yoshinon~? Si fuera así, no deberíamos ver con buenos ojos a esa chica que nos atacó... Touma-kun tendrá que dar una buena explicación al tratar de traer a una chica peligrosa.
Después de que la marioneta dijera eso, Yoshino soltó un suspiro.
—...pero es una conocida de Touma-san y... confió en él.
Yoshino susurró con una voz débil.
Sin embargo, Yoshino no era la única que mostró su opinión sobre la situación.
—Evaluación. Su poder es considerable. Precaución sugerida.
—¡Sí, exacto! ¡Es tan poderosa que incluso sus emociones parecen una bomba a punto de estallar! Pienso que todavía sigue siendo peligrosa... Odio admitirlo, pero ni siquiera el poder de las Yamais puede contenerla.
Shido se aclaró la garganta mientras hablaba.
—Estoy seguro de que Touma tiene un plan para contenerla si eso pasa... Uh, bueno... necesito que me ayuden con algunas tareas del hogar, yo estaré preparando la cena. No queda mucho tiempo para que lleguen. Es importante que sea recibida adecuadamente y evitar irritarla.
—Declaración. Entendido.
—Kuku... Muy bien, muy bien. Si se trata de evitar que esa princesa del caos explote dentro de la residencia, acepto el reto. Pero si las cosas se salen de control... ¡seré la primera en invocar una tormenta para detenerla!
Yuzuru asintió con una expresión serena pero firme. Kaguya, por su parte, cruzó los brazos y lanzó una risa ligera, aunque su tono era más reflexivo de lo usual.
—...Haré lo mejor que pueda. Limpiaré la habitación a fondo y... me presentaré mejor ante esa chica... aunque todavía no confío mucho en ella.
Yoshino abrazó a Yoshinon con fuerza, claramente nerviosa, pero decidida.
Yoshinon levantó su pequeño brazo con energía, como si intentara levantar los ánimos.
—¡Vamos, Yoshino! ¡Una batalla por la paz doméstica también es una batalla! Además, si esa chica está siendo guiada por Touma-kun, tal vez no haya que preocuparnos mucho, ¿no~?
Yoshino asintió débilmente, visiblemente más tranquila gracias a la marioneta.
—...Sí... sí, tienes razón. Touma-san podrá protegernos.
Después de decir eso, Yoshino y las Hermanas Yamai se dispersaron rápidamente, cada una asumiendo una de las tareas del hogar.
—Ohh... ¿Estás bien? ¿No tendrás problemas conmigo?
Yoshinon dijo mientras giraba su cabeza de peluche hacia Yoshino con un tono dramático.
—Estaré bien… mientras tú no te metas con la aspiradora, Yoshinon-san.
—Bueno... sería un poco desafortunado si fuera succionado por esa máquina.
—Tendré cuidado.
Mientras tanto, las Hermanas Yamai recorriendo la sala principal con una expresión de desaprobación.
—¡Tch! ¡Inaceptable! —Kaguya cruzó los brazos, escandalizada—. ¿Pretendemos recibir a una princesa del caos en este desastre? ¡Parece una bodega, no un salón digno!
Con dramatismo exagerado, se abalanzó sobre el sofá y comenzó a recolocar los cojines en una simetría impecable, como si preparara un trono.
—¡Kaguya, la decoradora de almas, ha tomado el control! Primero, armonizamos las energías... Luego, crearemos un ambiente tan pacífico que hasta a "Dark Princess" le entrarán ganas de dormir la siesta.
Yuzuru, en cambio, escaneó la estantería con frialdad analítica.
—Diagnóstico: Desorden elevado. Polvo acumulado. Amenaza visual: nivel medio-alto. Acción requerida: Limpieza y reorganización inmediatas.
Tomó un pañuelo y comenzó a limpiar los estantes con precisión quirúrgica, clasificando libros por tamaño y color. Retiró dos figuras amenazantes—una lanza de cristal y un dragón de ojos brillantes— y las escondió en un cajón.
Kaguya, tras ajustar los muebles menores, ladeó la cabeza al verla.
—Oye, ¿en serio una estantería desordenada es una "amenaza visual"?
Yuzuru no levantó la vista.
—Confirmación. El caos induce estrés subconsciente. Estrés + Espíritu inestable = riesgo de catástrofe.
—¡Bah! —Kaguya hizo un gesto de desdén—. Hablas como un manual de instrucciones. ¡El estilo también importa!
—Contraargumento. Eficiencia *y* estética producen entorno óptimo.
—¡Bien! Hoy fusionaremos tu lógica aburrida con mi genio creativo. ¡Que brille esta sala como el escenario de nuestra victoria!
Cambió las cortinas por unas más livianas, ajustó la iluminación a un tono dorado y roció un perfume floral en el aire.
—¡Perfecto! Solo faltan... ¡flores naturales! Simbolizan la paz, la pureza...
—Realidad: No hay flores frescas. Alternativa: Arreglo artificial del pasillo.
Finalmente, Kaguya se dejó caer en el sofá, satisfecha.
—¡Logrado! Hasta a mí me da pena romperlo... Aunque si esa princesa oscura ataca, ¡le mostraré el doble de poder!
Yuzuru estudió a su hermana con mirada analítica antes de declarar:
—Prioridad actual: Asistencia culinaria. Shido requiere refuerzos.
Kaguya, aún recostada en el sofá, parpadeó sorprendida.
—¿Qué? ¿Ahora soy su sirvienta de cocina?
—Aquí tienes tu uniforme.
—¡Espera!
—Tranquila. Yo me encargaré de lo demás.
—¡Espera, tonta! ¡¿Por qué tengo que hacer eso?! ¡En todo caso, seria mejor que tu hicieras eso?!
—¿Tienes miedo de fallar de nuevo?
Kaguya se levantó y exclamó.
—¡Nunca! ¡Demostraré por qué mis habilidades son legendarias! ¡Hasta el curry temblará ante mi maestría!
Caminó hacia la cocina.
—¡Shido! ¡Tu caballería ha llegado! ¡Prepárate para una explosión de sabores con estilo Yamai!
Yuzuru la observó marcharse, con una pequeña sonrisa en los labios.
—Comentario. Aunque lo niegue, lo disfruta. Solo espero que no dañe la comida.
En ese momento...
Mientras picaba zanahorias, Shido levantó la vista justo a tiempo para ver la cabeza de Kaguya asomándose por la entrada de la cocina con una mirada curiosa.
—Ya que estás aquí, Kaguya, ¿puedes ayudarme? Vamos a preparar un buen kare raisu, algo que todos puedan disfrutar. Empieza por lavar el arroz.
—¿Eh? Bueno...
Kaguya se acercó hacia Shido mientras recibía el cuenco grande con arroz crudo.
—Enjuágalo bien hasta que el agua esté clara, ¿sí?
—¡Por supuesto! ¡Esta será una operación culinaria legendaria! El arroz temblará de emoción bajo mis manos.
—...De acuerdo. Solo apresúrate.
En ese momento, La Operación: Kaguya Rice comenzó.
Kaguya se anudó un pañuelo en la cabeza y lavó el arroz con exagerada solemnidad, como si fuera un ritual sagrado. La bruma de agua que salpicaba del fregadero la rodeaba como si fuera parte de un entrenamiento samurái.
Shido no pudo evitar mirarla de reojo, una sonrisa disimulada asomando en sus labios mientras colocaba las papas peladas en una olla.
—Kaguya, cuando termines con eso, ¿puedes pelar estas papas también? Intenta dejarlas con buen tamaño para que no se deshagan.
—¡Fácil! Mi técnica secreta de pelado "Flor del Alba" dejará cada papa como una obra de arte. ¡Observa!
Kaguya tomó el pelador como si fuera un bisturí de precisión, haciendo movimientos exageradamente cuidadosos como si estuviera esculpiendo una estatua.
—Solo asegúrate de no pelarte tú también.
—¡Oye, no me subestimes!
Y luego...
¡El picor! Shido y Kaguya entrecerraron los ojos, maldiciendo a la cebolla.
—¡Aleja esa bomba, Shido!
—¡No es una bomba!
Después de unos 10 minutos, la cocina había experimentado una transformación total. El aire se impregnaba con el reconfortante aroma del sofrito: cebolla, ajo y jengibre, cuyos fragantes vapores se entrelazaban en una mezcla acogedora y hogareña.
—Esto huele bien.
Cuando Shido comenzó a disolver los cubos de curry en el caldo humeante, una voz salió detrás de él.
En ese momento, Shido se giró rápidamente, y se sobresaltó al ver a esa persona.
—Reine-san... ¿Cuándo llegaste?
—Hace un momento. No quise interrumpir. Estabas demasiado concentrado en lo que hacías.
En ese momento, Reine no estaba llevando la bata blanca de laboratorio de la escuela ni el uniforme de Ratatoskr. En su lugar estaba vestida con una túnica elegante y colorida, con la cara de un oso de peluche con una marca distintiva cosida en su cara mirando a escondidas de su bolsillo. De alguna manera, daba una sensación muy surrealista.
Era casi seguro que Reine había llegado aquí por pedido de Ratatoskr para supervisar la llegada de "Dark Princess" y que todo saliera bien.
—Ah… bueno… no dijiste que iba a verte después.
—¿Está mal?
—¡Por supuesto que no! ¡Eres bienvenida!
Reine miró su alrededor, evaluando con una simple mirada la situación.
—Hiciste bien en preparar algo tradicional. No te preocupes, la comida reconfortante siempre es un buen primer paso.
En ese instante, el timbre resonó en la residencia.
Yoshino apareció en la cocina, conteniendo la respiración:
—Shido-san… ya están aquí.
Parte 6.
Mientras Kamijou Touma observaba a Yoshino y a las Hermanas Yamai, notó que sus miradas se dirigían con cautela hacia esta versión de Tohka. Ella, sin embargo, optó por ignorarlas. Reine, por su parte, tomaba tranquilamente su taza de té en silencio.
En ese momento, Shido apareció desde la cocina con platos en ambas manos. Se acercó a la mesa de madera y comenzó a colocar cuidadosamente cada uno de los platos frente a los comensales.
Kare raisu (Arroz con curry), acompañado de sopa de miso y un cuenco arroz blanco humeante.
—Espero que les guste —dijo, colocando el último plato sobre la mesa de madera.
Este fue el plato que Shido eligió para preparar en menos de 20 minutos.
—Esto se ve bien. —admitió Kamijou, sentándose en su asiento.
Justo entonces, sintió un suave tirón en la manga. Al girarse, vio que la chica a su lado lo miraba con seriedad, su delgada mano aún aferrada a su brazo.
—Esto… no tiene veneno, ¿verdad?
—...¿Qué?
La pregunta lo tomó completamente desprevenido. Parpadeó un par de veces antes de reaccionar.
—¡¿Qué dices?! ¡¿Por qué tendría veneno?!
—...
Tohka no respondió.
Al alzar la voz, Kamijou se dio cuenta de que todas las miradas se habían posado sobre él. Se aclaró la garganta, forzó una sonrisa incómoda e intentó desviar la atención de la mejor manera posible.
—Entonces... ¿ya probaron el kare raisu de Shido? Se nota que se esforzó.
Un breve silencio se formó antes de que llegaran las respuestas.
—¡Sí! ¡El equilibrio entre lo dulce y lo picante está perfectamente calibrado!
—Confirmación. Está delicioso.
Después de que las Hermanas Yamai hablaran, Yoshino bajó la mirada y, tras un momento de duda, algo habló.
—Ou... hihihi. Es una pena, pero Yoshinon no puede comer.
Mientras Yoshino sostenía cuidadosamente su marioneta, Yoshinon parecía intentar tocarse la boca de forma divertida.
Reine levantó la vista de su taza y comentó con serenidad:
—Está bien preparado... Shin.
—Um, muchas gracias.
Shido se llevó las manos al rostro, intentando disipar el rubor que se extendía por sus mejillas.
Kamijou se giró hacia Tohka y preguntó:
—¿Tohka? ¿Qué te parece? ¿Te gusta el curry?
—...Fuu. Tiene buen aroma... pero aún no lo he probado.
—No hay prisa —respondió Kamijou con una sonrisa . Luego, tomó la cuchara con algo de curry y se lo llevó a la boca. —¡Mmm! ¡Delicioso! ¡Este es el auténtico sabor de una comida casera!
En ese momento, los ojos de Tohka se desviaron hacia el centro de la mesa, donde descansaba un pequeño frasco blanco con tapa roja.
—¿Qué es eso? —preguntó, señalándolo con curiosidad.
—¿Eso? —Kamijou parpadeó, pero fue Shido quien respondió:
—Es... mayonesa. Un condimento.
—¿Condimento?
—Sí. Hay quienes la combinan con el kare raisu. No es lo más habitual, pero algunos lo disfrutan así.
Tohka entrecerró los ojos, pensativa. Tomó el frasco con delicadeza, lo examinó brevemente y, con cuidado, trazó una delgada línea de mayonesa sobre su curry.
Luego, probó un bocado.
—¿Te gusta?
—....
En el momento en que Shido dijo eso, Tohka respondió.
—Interesante… cremoso… ácido…
—Esa mayonesa es casera. Sabe diferente a la de marca que encuentras en el supermercado.
Kamijou comentó.
—¿Supermercado? ¿Esas tiendas con luces y música? —preguntó Tohka, ladeando la cabeza.
—Exacto. Allí venden muchas salsas, no solo mayonesa.
—Hmm... tendré que investigar eso por mi cuenta más adelante.
Sin decir más, Tohka volvió a apretar el frasco. Esta vez, una franja gruesa de mayonesa cayó sobre su plato.
Luego otra....Y otra más.
Kamijou Touma la miraba horrorizado.
—¡Oye, espera! ¡Eso ya es demasiado!
—Me gusta.
—¡Pero si echas tanto, vas a opacar todo el sabor del curry!
—No me importa. Quiero más.
Pequeñas risas estallaron alrededor de la mesa, provenientes de las Hermanas Yamai y Yoshino.
Cuando Tohka volvió a inclinar el frasco, Kamijou reaccionó por instinto. Se estiró rápidamente y le arrebató el frasco antes de que el contenido cayera como una avalancha sobre su plato.
—¡Detente! ¡Con eso es más que suficiente!
—¿Qué?
—¡Es demasiado! ¡El curry aún tiene que ser saboreado! ¡No puedes simplemente cubrirlo todo de mayonesa!
—Tú ganas... —murmuró Tohka, apartando la mirada.
El ambiente en la mesa cambió ligeramente. Las Hermanas Yamai, Yoshino, Shido y Reine dirigieron su atención hacia Kamijou.
No podían creerlo.
Este chico estaba oponiéndose a ese Espíritu sin que se produzca una catástrofe.
—Tohka... me sorprende tu disposición a ceder. No parece muy diferente de aquella vez.
Cuando Reine dijo eso, Tohka habló fríamente.
—Eso es un tema entre nosotros.
—¿Entonces... ya se conocían? —preguntó Kaguya, tras sorber un poco de su sopa de miso.
—Ustedes... Espíritus... no conocen a mi otro "yo" —murmuró Tohka, mirando a las hermanas Yamai y a Yoshino con una expresión difícil de descifrar.
—Duda. ¿A qué te refieres con "yo"?
Ante la pregunta de Yuzuru, Reine soltó un leve suspiro, como si de pronto recordara un detalle importante que había pasado por alto.
—Parece que olvidé mencionar esa información —dijo, su voz cargada de una leve molestia—. Este Espíritu, Tohka, fue asesinada por la AST hace tres meses... poco después de haber tenido contacto con Kamijou Touma.
Shido, en silencio, solo asintió la cabeza.
La organización Ratatoskr tenía la tarea de proteger a los Espíritus.
Ellos habían confiado en él una misión crítica: acercarse a los Espíritus que llegaban a este mundo, comprenderlos, ganarse su afecto y, si las condiciones emocionales eran las adecuadas, sellar sus poderes a través de un beso.
El primer objetivo de esa misión fue un Espíritu clasificado como "Princess".
Así, impedirían que la AST pudiera localizarla y eliminarla.
Pero nada de eso ocurrió.
En parte, porque Kamijou Touma, sin saberlo, había alterado ese destino.
—¿Asesinada...?
La voz de Kaguya tembló, mientras sus ojos buscaban confirmar que Tohka no era una ilusión.
—Pero... si ella está aquí...
—Confusión. ¿Podría explicar eso, Reine-sensei?
Ese fue resultado final.
Su mera presencia, hizo que la dirección del destino no siguiera su curso original.
—Fue un error de nuestra parte —admitió Reine, cerrando los ojos por un instante—. No debió suceder. La AST lanzó un ataque sorpresa cuando Tohka y Kamijou Touma estaban juntos en una cita. Y para ser claros, eso jamás estuvo contemplado en nuestro plan original.
—Tuve parte de la culpa. Lo siento.
Kamijou volvió a disculparse al escuchar ese hecho.
En ese instante, Yoshino levantó tímidamente la mano derecha.
—Eso significa que revivió... ¿Qué pasó con su cuerpo físico?
—Tohka parece ser un espíritu diferente.
—Está equivocada con respecto a eso, humana.
Tohka habló fríamente hacia Reine y luego suspiró.
—Creo que por fin empiezo a entender mi verdadera naturaleza.
—¿Qué quieres decir, Tohka? —preguntó Kamijou, tragando saliva mientras sentía que se avecinaba una confesión importante.
—Espíritus... Humanos... —empezó Tohka, su mirada seria—. Ustedes solo poseen el poder de un Espíritu gracias a ese Séfira que llevan en su interior. No sé cómo lo obtuvieron... y, siendo sincera, tampoco me importa. Pero yo... soy distinta. No estoy hablando sobre mi orgullo de mí misma. Como un Espíritu puro, mi cuerpo tiene un mecanismo de defensa que me permite regenerarme una y otra vez... siempre y cuando el cristal Séfira no sea destruido.
—¿En serio? Eso significa que no somos inmortales.
Kaguya estaba decepcionada de sí misma al escuchar esa verdad.
Después de todo, había creído que como Espíritu tendría algo que los humanos siempre habían anhelado desde tiempos antiguos: la inmortalidad.
Algo eterno, un símbolo de su divinidad.
—Anímense —añadió Tohka, sonriendo con arrogancia—. Al menos no envejecerán como los humanos.
—O sea, encontramos la verdadera "Fuente de la Juventud". Eso sí que es un buen regalo.
—Explicación. Kaguya se refiere a esa leyenda popularizada por Juan Ponce de León.
—Eso lo explica todo.
Yoshino asintió.
—Eso es bueno, supongo.
—Shin...
A pesar del regalo de la "juventud eterna", hay alguien que no podrá recibirlo.
—Lo siento... Kotori podría morir.
Shido dejó escapar esas palabras como si le arrancaran el aliento.
Este era el momento de revelar la verdad que había estado intentando ocultar.
—¿Qué quieres decir con eso, Shido? —preguntó Kamijou.
—Kotori no puede controlar su poder de Espíritu.
Shido tragó saliva antes de continuar, como si cada palabra le costara.
—Y eso podría... matarla.
—Eso es verdad.
Reine asintió, validando su afirmación.
—El cuerpo de Kotori no es completamente compatible con el poder espiritual que alberga.
—Ese es el Cristal Séfira... —agregó Tohka—. Está actuando como un veneno en esa chica.
—¿Veneno?
Shido repitió, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda.
—Los humanos no deberían poseer ese poder. Sin embargo, ese "algo" lo hizo posible. El cristal de Kotori no está del todo refinado. Si lo dejan pasar... ella se perderá, y en su lugar quedará solo un monstruo sin conciencia.
—¿Monstruo?
Shido murmuró.
—¿En serio? —Kamijou abrió los ojos con sorpresa—. Pero no parecía estar mal cuando peleó contra Tohka... Bueno, ella dijo que por un momento no tenía control de sí misma.
—¡Oye...!
—Lo siento.
Kamijou se disculpó al ver que estaba incomodando a Tohka al volver a tocar ese tema.
Después de todo, hace poco tiempo atrás que él y Tohka eran enemigos, pero ese tipo de relación entre ellos cambió.
—Bueno... Gracias a todos por escucharme.
Después de decir eso, Shido forzó una sonrisa triste.
Los ojos de Kamijou se volvieron hacia Kaguya y dijo.
—Um...
—¿Qué pasa? ¿Por qué estás mirándome?
—¿Por qué estás vestida con ese uniforme de sirvienta?
—¡¿Eh?!
—¡Esto no es lo que parece! ¡Fue culpa de Yuzuru!
—Eso es cierto —intervino Yuzuru con expresión serena—. Pero no te dije que lo mantuvieras todo el día.
—¡No hubo tiempo para cambiarme, tonta!